La falta de conciertos provoca la fuga de alumnos en Bachillerato
Los centros piden la subvención que retenga a los que no pueden pagar la cuota
Una veintena de colegios concertados sevillanos que solicitó extender la subvención al Bachillerato sigue esperando respuesta de la Junta de Andalucía. Cuando quedan unos días para que comience el período de escolarización, y después del informe desfavorable, todo indica que los centros, la mayoría colegios religiosos, no lograrán la subvención para evitar que tengan que seguir con un Bachillerato privado que obliga a muchas familias a sacar a sus hijos de estos colegios después de la etapa porque no pueden pagar las cuotas en los dos últimos años. Son conciertos en al aire pese a que fue una de las promesas del actual gobierno (PP y Cs con el apoyo de Vox), que se comprometió a ello expresamente en el acuerdo de gobierno. Es algo que han recordado sindicatos y padres con visible enojo durante los últimos días.
El asunto no es baladí si se tiene en cuenta que son colegios muy demandados por las familias que buscan en ellos, además de la formación académica, unos valores y una cercanía que no encuentran en la pública. Sin embargo, el precio de estos colegios en la etapa no subvencionada, con mensualidades que oscilan entre los 300 euros los más baratos y cerca de 400 los más caros, obliga a muchos padres a sacarlos de estos centros después de que muchos de ellos hayan pasado toda la etapa escolar en esos colegios. Es algo que además llama la atención de Escuelas Católicas que les recuerda a la Junta de Andalucía que el coste de una plaza en la concertada (que ronda los 3.000 euros por alumno) es sensiblemente inferior al de la pública que puede costar el doble.
Sin embargo, desde Educación se insistía en que, pese a que la nueva norma abre la posibilidad de ampliar los conciertos, la Consejería, teniendo en cuenta las necesidades de todo el sistema en este curso, ha decidido establecer otras prioridades.
Es algo que no ha gustado a los afectados. Desde Sagrada Familia, Safa, un centro religioso de Nervión y uno de los que solicita concierto para Bachillerato para el próximo año, su directora Ana Sayago, ve «ilógico» que los padres no puedan elegir porque se vulnera su derecho a decidir el centro que quieren para su hijos en los dos últimos años. «Es triste y muy duro ver alumnos que se tienen que marchar pese a que desean quedarse donde han pasado su vida escolar» , dice recordando que cada año hay estudiantes que se marchan por motivos económicos, pese a que decidieron congelar las cuotas. «No hemos subido ni un céntimo la cuota desde hace años por las familias», defiende.
En su caso, dice que Educación les dio esperanzas, recalca que a la Junta «le salen más baratas» estas plazas y que los padres que piden estos colegios van buscando, más allá de las buenas notas, «una formación integral» y, sobre todo, «en valores», además de atención personalizada a los alumnos.
A la espera de noticias
En parecidos términos se expresa Raúl Moreno, director pedagógico de ESO y Bachillerato de María Auxiliadora, más conocido como Salesianas de San Vicente, que también solicitó el concierto para el Bachillerato y que aún espera noticias. El centro, que lleva 26 años ofreciendo los dos años de la última etapa escolar para unos 100 alumnos (entre los dos cursos) recuerda que ocurre lo que en otros similares: muchos chicos y chicas se marchan porque no pueden pagar.
Aunque el colegio beca a algunos alumnos para que no tengan que marcharse, Moreno insiste en que se solicita ese concierto para que las familias que llevan desde los 3 años en el centro no tengan que marcharse. «Es una pena que alumnos brillantes tengan que irse por el tema económico», explica el responsable de Bachillerato, haciendo hincapié en que en su caso se trata de un colegio al que acuden muchas familias que trabajan en la zona y que está lejos de los clichés de elitismo que muchos atribuyen a la concertada.
¿A qué achaca la dificultad para lograr el concierto? Moreno cree que debe ser «un tema presupuestario» pero recuerda que centros como el suyo suponen un ahorro para la administración ya que ellos se hacen cargo del mantenimiento de los edificios. Por eso insiste en que las familias buscan, en su caso, un colegio católico y otras cuestiones como el enriquecimiento personal, la madurez del alumno en general. «Damos un plus porque los centros públicos sólo ofrecen lo académico», recuerda.
Algo más que buenas notas Se trata de colegios muy demandados en los que los padres buscan, más allá de las notas, unos valores