Reconstruyen ocho siglo después la lengua romance de al-Ándalus
El historiador Pablo Sánchez Domínguez recupera esta lengua que convivió con el árabe y que se dejó de hablar en el siglo XIII
Sobre estas líneas, el primer poema del que se tiene noticia en lengua romance, en romance andalusí y datado en la primrea mitad del siglo XI
El historiador de arte por la Universidad de Sevilla Pablo Sánchez Domínguez oyó hablar por primera vez, siguiendo el rastro de una búsqueda en Wikipedia, de que había una lengua derivada del latín que se habló en la España musulmana hasta el siglo XIII y que respondía al nombre de romance andalusí. El descubrimiento le fascinó y comenzó a investigar en los ratos libres que le deja su empleo —es funcionario en el Museo del Prado—. Seis años después publicó ‘Origen y gramática del romance andalusí’ (Almuzara), en el que reconstruye esta lengua que se habló en al-Ándalus y que convivió con la lengua árabe.
«No era la lengua de los cristianos de al-Ándalus, sino que la hablaba todo el mundo. Está documentado que Abderrarmán III la hablaba. El punto de partida de esta lengua es el latín que hablaban los visigodos, que se fue influenciando por el árabe. Se formó en torno al siglo IX y X y se deja de hablar en torno al siglo XIII. Durante todo el periodo árabe convivieron en al-Ándalus el romance andalusí y el árabe, salvo en los años del Reino de Granada, el único periodo en que se habló solo árabe», explica este historiador.
El romance andalusí fue redescubierta como lengua, según explica Sánchez Domínguez, en la web que ha creado para difundir esta lengua (www.romandalusi.com), a mediados del siglo XIX, aunque fue a partir de que «el hebraísta Miklos Stern publicara las primeras poesías escritas en esta lengua» cuando su estudio ha ido creciendo. De hecho, para su reconstrucción este historiador ha partido de las obras de especialistas como Francisco Javier Simonet, Álvaro Galmés de Fuentes, María Jesús Rubiera Mata o Federico Corriente.
De entrada, Sánchez Domínguez explica que la convivencia de ambas lenguas en al-Ándalus, el árabe oficial y el romance andalusí, era similar a lo que sucedía en el resto de reinos medievales europeos, como España, donde el latín se consideraba la lengua oficial y la lengua romance la hablaba el pueblo. La evolución y desaparición del romance andalusí tiene que ver con esta dicotomía, pues esta última se comenzó a considerar a partir del siglo X como una lengua de las clases bajas y de «gentes de baja formación».
«Con Abderramán III se inició la verdadera arabización. A nivel administrativo siempre había sido la lengua oficial, pero entonces el árabe comenzó a imponerse en la sociedad. Federico Corrientes —uno de los grandes arabistas españoles— decía que llegó un momento en que si no hablabas árabe mostrabas que tenías poca formación, algo que podía suceder hasta hace dos días con otras lenguas romances, como el gallego o el asturiano», indica. La evolución de esta lengua romance fue muy diferente a las del resto de España, pues «no tuvo las influencias que vinieron de Francia y la del árabe fue, en cambio, brutal en todos los sentidos, no solo en vocabulario, sino también en la formación de las palabras y las frases».
Fue con los almohades cuando el romance andalusí se dejó de hablar y se perdió. «De no haber sido por los almohades, este idioma seguiría
Lleva seis años reconstuyéndola a patir de glosarios y textos como las jarchas
Pablo Sánchez ha traducido ‘El Principito’ a esta lengua para una editorial alemana