ABC (Sevilla)

Vox amaga con dejar solo al «Gobierno del cambio» si no aplica el pin parental

Presiona al PP y Cs con no apoyar sus iniciativa­s parlamenta­rias desde hoy

- ANTONIO R. VEGA belmonte@andalunet.com

Vox aprieta al «Gobierno del cambio» por el veto parental a las actividade­s extraescol­ares. Le ha metido presión en otras ocasiones —según soplara el viento de las relaciones cambiantes entre Santiago Abascal y Pablo Casado— pero al final se han acabado entendiend­o. Tres presupuest­os de la Junta de Andalucía pactados dan fe de la solidez de esta alianza. Apretando sin ahogar, ése ha sido el mandamient­o que ha imperado en la interlocuc­ión de Vox con la coalición del PP y Ciudadanos desde que empezó la legislatur­a hace dos años. El Ejecutivo regional está en minoría y necesita sumar los votos de sus once diputados para sacar adelante las iniciativa­s que presenta en el Parlamento andaluz. El portavoz de Vox, Alejandro Hernández, le amenazó ayer con retirarle ese apoyo, el que puso fin a 37 años de poder continuado del PSOE en Andalucía.

Siguiendo al pie de la letra el manual de que la venganza es un plato que se sirve en frío, cuatro meses después de que Casado tumbara la moción de censura de Abascal con una dureza que nadie esperaba, los de Vox se tomaron la revancha por sorpresa en Andalucía. Hernández le puso fecha y hora al órdago en la sesión de control al Gobierno regional, para que nadie pensara que iba de farol: «Desde las 00.00 horas de esta noche mi grupo dejará de apoyar con sus votos cualquier iniciativa que provenga de su Gobierno o de los partidos que lo sustentan en pleno y en comisiones». «No cuente con Vox hasta que no se implemente de una forma que entendamos suficiente y satisfacto­ria un mecanismo para garantizar que los padres puedan evitar el adoctrinam­iento sectario de sus hijos», le advirtió al presidente andaluz, Juanma Moreno (PP), en el pleno.

El detonante fue una proposició­n presentada en el Ayuntamien­to de Málaga por Adelante Andalucía (la franquicia local de Podemos e IU) apoyada por el PP y Cs que Vox consideró una «falta de respeto» y un desaire que no podía tolerar. Por escrito se instaba a la Consejería de Educación y Deporte de la Junta a no prestarse a las «exigencias de Vox», que «utiliza a las mujeres como rehenes», y a que se resistiera a implantar el pin parental en la comunidad. Hernández acusó al bipartito de quebrar su «confianza» e incumplir los acuerdos firmados. PP, Ciudadanos y Vox acordaron en los pactos sobre los Presupuest­os de la Junta «el establecim­iento de una autorizaci­ón expresa de las familias para la participac­ión de sus hijos en actividade­s complement­arias». Dicho compromiso fue ratificado hace dos semanas en otro documento que recogía el impulso de «cambios normativos» para garantizar «el derecho de los padres a decidir». Vox lo llama «pin parental». La Junta rehúye de esta etiqueta.

Ante el inesperado conato de fuego que se abría en el frente de la derecha, el presidente andaluz acudió raudo a sofocarlo. Dio su palabra de que todo lo firmado se va a cumplir. Garantizó que los padres tendrán «la capacidad no solamente de saber qué hacen sus hijos en esa actividad extraescol­ar, sino incluso de autorizarl­a o no autorizarl­a». «Se lo podrá decir el consejero de Educación», Javier Imbroda, que asistía al pleno en la bancada del público por las restriccio­nes sanitarias.

Moreno trató de convencerl­o situándolo ante el dilema de «ser un partido útil» o «caer en el oportunism­o, en la confrontac­ión». «Ya le digo yo que ello probableme­nte no vaya bien a Andalucía y al cambio (político), sino que le vendrá bien a estos señores», le retó señalando a la bancada de los diputados del PSOE. Enfrente estaba sentada Susana Díaz, que ha convertido a Vox en plina que corroe internamen­te nuestra política institucio­nal, pero en pocas ocasiones se producirá una manifestac­ión de incoherenc­ia como la de ese acreditado alcalde al que su rivalidad partidista parece que va convirtien­do en monterilla. Esa foto tan desigual del político serio junto al oportunist­a ignaro da idea de cómo deriva nuestra circunstan­cia política. Si el alcalde De la Torre no se percata buenamente de ello, es Juanma Moreno quien debería llamarle al orden. el zumbido con el que martillea a la Junta todas las sesiones a cuenta de sus pactos «con la extrema derecha».

Ayer no iba a ser diferente. Díaz sacó el martillo de Vox, protagonis­ta indiscutib­le en sus discursos, para repartir ‘leña’ al presidente: «Hasta la ultraderec­ha le ha cogido la medida en esta Cámara» y «le ha recordado que es presidente aunque perdió las elecciones». Moreno se sacudió el golpe con la ironía: «¿Qué haría usted sin Vox? No se le cae de la boca, ¿tanto le gusta?... Si lo único que puede decirme semana tras semana es Vox, apaga y vámonos».

Tras una breve charla de Moreno con Imbroda, éste anunció una reunión con Vox para «clarificar lo acordado». El consejero contó a los periodista­s que «el pin parental no aparece por ningún lado» sobre el papel escrito. «Si ellos quieren llamar así a la mejora de informació­n, para que las familias conozcan los proyectos educativos de los centros, me parece bien, pero no es sometimien­to ni imposición de nada», dijo.

Minutos después de acabar la sesión, el patio de la Cámara era un hervidero de especulaci­ones. En las filas del PP y Ciudadanos se dividían entre quienes

En la Junta se dividen entre los que ven una estrategia de Vox para estar siempre en el foco o un interés por ir marcando un perfil propio

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