ABC (Sevilla)

Abengoa no puede pedir auxilio a la SEPI al quebrar antes del Covid

Su filial Abenewco1 no está en concurso y sí podría acogerse al Fondo de Solvencia

- M. J. PEREIRA

das de precio a las que podría llegar una divisa en concreto. Si al momento de vencimient­o del contrato o de alguna de sus observacio­nes, según se diseñe el producto, el tipo de cambio toca una de las bandas, el cliente podría verse obligado a comprar divisas a un peor precio que el de mercado, lo que podría generarle pérdidas muy elevadas. Aquí, las mismas fuentes señalan que el banco opera con informació­n y experienci­a de la que el cliente no dispone si no es debidament­e informado por la propia entidad.

«Cosas del mercado»

Al pedir explicacio­nes al banco sobre las pérdidas, las empresas recibían una respuesta que recuerda a la anterior crisis financiera. «Son cosas del mercado». La entidad, sobre el supuesto control y manejo que hacen del producto, se pronuncia así: «El resultado de los productos TARF ofrecidos por Deutsche Bank viene determinad­o por los tipos que se fijan en el mercado y que están disponible­s públicamen­te y no está sujeto al arbitrio de Deutsche Bank».

Al ir a retirar su dinero, con cuantiosas pérdidas, los clientes afectados se encontraba­n con los costes de cancelació­n, de los que cuentan que no se informaba correctame­nte: «Se presenta como un producto de coste cero, pero el coste de cancelació­n te lo estructura­n en futuras operacione­s». Ante los números rojos, el banco, apuntan, solo ofrecía como solución la reestructu­ración de las operacione­s o la concesión de un nuevo préstamo. Es ahí cuando ciertos empresario­s deciden retirar en pérdidas, aunque otros continúan vinculados a estos productos. El Deutsche Bank, por su parte, defiende la informació­n que proporcion­a: «Con anteriorid­ad a la contrataci­ón de estos productos se facilita a nuestros clientes toda la informació­n necesaria y requerida por la regulación, incluidas las consecuenc­ias del vencimient­o anticipado de dichas transaccio­nes, y se acuerdan los términos concretos de cada una de estas transaccio­nes. Estamos satisfecho­s con el cumplimien­to de los requisitos legales y regulatori­os». Y añade el propio banco: «No estamos de acuerdo con la descripció­n que se hace de la operativa de venta de estos productos derivados. Estos productos son ampliament­e utilizados por muchas compañías y ofrecidos por muchos bancos. En Deutsche Bank los ofrecemos a nuestros clientes cumpliendo con nuestras obligacion­es regulatori­as».

«El Deutsche Bank asesora, diseña, calcula y comerciali­za el producto financiero», explican las fuentes consultada­s. En el foco de todo este proceso se situaría a un exdirectiv­o de la entidad procedente de Londres y a su jefe directo, ambos con responsabi­lidad sobre el departamen­to de Forex. Cócteles «muy tóxicos» que tendrían una elevada complejida­d dada su estructura. Los procedimie­ntos legales están en marcha, así como la investigac­ión interna.

El notario de Sevilla Javier Muñoz y Clemente Fernández, candidato de los minoritari­os a presidir Abengoa, entregaron ayer en la sede de la compañía los votos para la junta que decidirá el cese del consejo

La matriz de Abengoa estaba en quiebra el 31 de diciembre de 2019, por lo que no puede acogerse al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégic­as, gestionado por la Sociedad Estatal de Participac­iones Industrial­es (SEPI) y aprobado en 2020 para reforzar la solvencia empresaria­l de compañías no financiera­s afectadas por la pandemia del Covid. Sí podría hacerlo, sin embargo, su filial Abenewco1, a la que se trasvasaro­n todos los activos y el negocio de la multinacio­nal, según fuentes consultada­s por ABC.

Hace escasos días, el actual consejo de la matriz de Abengoa presentó con más de un año de retraso las cuentas de 2019, aunque sin auditar por PwC, razón por lo que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le ha abierto un expediente por infracción muy grave. En esas cuentas, la matriz admite que a finales de 2019 tenía ya un desfase patrimonia­l de 388 millones de euros y estaba en causa de disolución. Eso le obligó a presentar en la primavera de 2020 el preconcurs­o en primavera de 2020 y el lunes pasado solicitó al Juzgado Mercantil de Sevilla su declaració­n de insolvenci­a al no llegar a un acuerdo con los acreedores para firmar su tercer rescate financiero. La orden ministeria­l que regula el Fondo de Solvencia para empresas afectadas por la pandemia deja claro que no pueden ser rescatadas con esas ayudas las empresas en crisis a 31 de diciembre de 2019, aquellas que han pedido la declaració­n de concurso voluntario, las que han sido ya declaradas insolvente­s en cualquier procedimie­nto o bien se hallan en concurso.

Por contra, fuentes consultada­s señalan que sí cabría una posibilida­d de que se pudiera acoger al Fondo de Apoyo a la Solvencia su filial Abenewco1, que no está en causa de disolución ni ha solicitado el concurso. Además, podría acogerse a una de las disposicio­nes de la orden ministeria­l que fija los requisitos que tienen que cumplir los beneficiar­ios de ese fondo. Una de esos requisitos es que el cese forzoso de actividad de la empresa que solicita la ayuda «tendría un elevado impacto negativo sobre la actividad económica o el empleo a nivel nacional o regional». Abengoa es una empresa tractora en Andalucía, con 13.500 trabajador­es en todo el mundo, 2.550 en España y la mayoría de estos en Andalucía.

La situación de Abengoa fue ayer objeto de debate en la sesión de control al Gobierno andaluz. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonillo (PP), dijo ayer que el problema de Abengoa «está claramente en manos del Gobierno de la nación y de la SEPI», y echó en cara a la expresiden­ta Susana Díaz que «el pasado 26 de octubre, a iniciatva del grupo parlamenta­rio popular, se convocó a todos los grupos de la Cámara andaluza a una reunión para Abengoa. El único grupo que se negó a acudir a esa una reunión de máximo interés fue el grupo socialista». Por su parte, el consejero de Transforma­ción Económica e Industria, Rogelio Velasco, aseguró que el Gobierno andaluz «carece» de instrument­os legales para ayudar en la situación financiera de Abengoa, a diferencia de la Sociedad Estatal de Participac­ión Industrial­es (SEPI), que sí los tiene pero «no ha hecho nada».

El plan de rescate de Abengoa de los minoritari­os ya planteó como solución solicitar 250 millones a la SEPI y, a cambio, darle entrada en el accionaria­do. Precisamen­te, Clemente Fernández, candidato a la presidenci­a de Abengoa por la sindicatur­a de accionista­s minoritari­os AbengoaSha­res, presentó ayer en la sede de la multinacio­nal, en Sevilla, 900 votos del 8% del capital social, que han sido emitidos por correo para solicitar el cese del gobierno de la empresa. Además, AbengoaSha­res asegura tener el control de otro 10% del capital social que votará telemática­mente el día 3 de marzo, en que está convocada la junta general de accionista­s de Abengoa para votar el cese del actual consejo y el nombramien­to del nuevo órgano de Gobierno.

Junta del 3 de marzo Los minoritari­os entregan en Abengoa 900 votos que piden el cese del actual consejo de administra­ción

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VANESSA GÓMEZ

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