La UE vincula a la OTAN el desarrollo de su política militar
Los europeos quieren una autonomía estratégica sin debilitar la Alianza
mo de compras». El presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Norbert Walter-Borjans, en la misma línea de preocupación, ha advertido que «tenemos que salir del cierre lo más rápido posible, pero hay que dar una orientación paso a paso».
El único que se mantiene fiel a la línea de Merkel es el presidente de Baviera, Markus Söder, curiosamente acérrimo enemigo de la canciller durante la pasada legislatura, a causa de la crisis de los refugiados, y hoy adherido a la línea dura del confinamiento y con opciones de convertirse en el candidato conservador en las próximas elecciones de otoño. Baviera, con incidencia de 58,4, abrirá centros de jardinería, floristerías y estudios de manicura a partir del lunes, además de escuelas de música para clases individuales, pero insiste en la necesidad de mantener el grueso de las restricciones al menos hasta el verano. Söder, en complicidad con su colega de partido (CSU) en el Ministerio de Interior, Horst Seehofer, ha forzado el cierre de las fronteras alemanas con el Tirol austriaco, República Checa y Eslovaquia, provocando una carta de amonestación por parte de la Comisión Europea. Con esta maniobra alcanza un grado más de dureza respecto al criterio de Merkel y asegura que garantiza la protección de su población de las temidas mutaciones. «Los políticos no debemos perder el valor ahora», ha defendido de cara a la reunión del miércoles.
Nicoletta Wischnewski, jefa del departamento de salud del distrito berlinés de Charlottenburg-Wilmersdorf, ha enviado al Senado de Berlín una carta firmada por todos los médicos de su área en la que piden a la administración regional la insumisión al acuerdo de la MPK. «Una incidencia de 35 puede ser un gran problema o completamente inofensiva, depende de la incidencia en personas de riesgo», dice, y advierte que Berlín tiene sus propios expertos y debe tomar sus propias decisiones.
CORRESPONSAL EN BRUSELAS
Los líderes de la UE se comprometieron ayer a fortalecer las capacidades propias de defensa, pero manteniendo la relación específica con la Alianza Atlántica con la que insisten en que seguirán dispuestos a «cooperar estrechamente» en un entorno de «asociación estratégica». El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, participó en las discusiones virtuales del Consejo Europeo cuya segunda jornada terminó ayer a mediodía.
Desde la salida del Reino Unido, que era el que planteaba mayores reticencias, la UE trata de construir una dimensión militar y ayer los jefes de Estado o de Gobierno volvieron a decir que su objetivo es «aumentar la capacidad de la UE para actuar de forma autónoma» en materia de defensa y que «ante el aumento de la inestabilidad global, la UE debe asumir una mayor responsabilidad por su seguridad».
Al mismo tiempo, en la declaración conjunta dijeron que «estamos comprometidos a cooperar estrechamente con la OTAN». La presencia de Stoltenberg en la reunión tenía como objetivo contrarrestar las preocupaciones de varios países, sobre todo bálticos y del Este, que temen que un impulso de una Europa de la defensa podría socavar la alianza con Estados Unidos, ahora que el presidente Biden busca reconstruirla después de cuatro años de confusión con la política de su predecesor. El Alto Representante para la política exterior europea, Josep Borrell, también había participado en una reunión virtual de ministros de Defensa de la OTAN la semana pasada.
El caso turco
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, se había declarado «totalmente convencido de que la nueva administración Biden ofrece una oportunidad única para renovar la fuerte alianza entre Europa y Estados Unidos. Y una asociación sólida requiere socios fuertes, por eso estoy convencido de que una UE más fuerte es una OTAN más fuerte».
Stoltenberg aseguró por su parte que entre la UE y la OTAN «compartimos prácticamente la misma población, los mismos miembros y el mismo vecindario y los mismos desafíos» y la cooperación entre ambas ha alcanzado «un nivel sin precedentes» en los últimos años y podría ampliarse aún más en áreas como las amenazas cibernéticas, el cambio climático y las cuestiones migratorias. Sin embargo, Turquía sigue siendo el principal obstáculo para profundizar en esta cooperación. Ankara, miembro de la OTAN, no reconoce al Gobierno de Chipre que es miembro de la UE y parte de cuyo territorio está ocupado por Turquía.
«Compartimos prácticamente la misma población, los mismos miembros y desafíos»