Volver a ser lo que fuimos
un 30 por ciento», explica Antonio González, gerente de la promotora y constructora Planea, que desarrolla en la Costa del Sol villas unifamiliares de lujo. «El que se ha podido permitir una vivienda más grande, ha invertido en cambiar de un piso a una casa», añade González, que tiene promociones en Málaga capital, Benalmádena o Marbella. Además, explica que han incrementado las reformas integrales de inmuebles, así como las exigencias para la arquitectura. «Hay nuevas necesidades, que requieren cambios en los materiales, las calidades y hasta la forma de construir las viviendas», explica González, quien remarca que su empresa va comenzar nuevas promociones cuando pase el mes de febrero. «Eran los meses en los que el mercado se esperaba más inestable», concluye el constructor».
El presidente de la junta rectora del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas, Javier Bermúdez, que es también alcalde del municipio jiennense de Siles, está convencido de que pronto vendrán tiempos mejores. «Hay ganas de naturaleza», dice. Lo evidencia, asegura, el aluvión de visitantes al mayor espacio protegido de Europa durante el verano de 2020, cuando el descenso de los contagios activó el turismo.
La pandemia, de hecho, ha potenciado el turismo rural frente al de costa, según Javier Bermúdez, que pronostica que este cambio ha llegado para quedarse y que el parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas está preparado para tener aún más relevancia de la que tenía antes del coronavirus.
Para lograrlo cuenta con el desarrollo del plan de uso y gestión y de la carta europea de turismo sostenible. El presidente de la junta gestora aclara que la economía no está reñida con la naturaleza para remarcar que cuando la pandemia esté en retroceso o vencida el objetivo será rentabilizar este espacio de más de 214.000 hectáreas.
Barón, echa la vista atrás, a lo que era esta fiesta, Patrimonio de la Humanidad desde 2012, antes de que se desatara esta crisis sanitaria. Y lo hace con «mucha nostalgia». Porque las dos últimas ediciones fueron «apoteósicas» —en la de 2019, se registraron casi un millón de visitas—. El Covid, entre otras muchas cosas, se llevó en 2020 por delante la fiesta de los Patios en su fecha habitual, mayo. Al final, se pudieron abrir en octubre, aunque sin competición entre los recintos y sin sus clásicas bullas. Ahora, el Ayuntamiento, organizador de la cita, trabaja para que, si la pandemia lo permite, en 2021, año del centenario de esta fiesta, se desarrolle en su hábitat natural temporal —si no, volverá a haber una segunda oportunidad en octubre—. «Un mayo sin Patios es que no es mayo. No es alegría. La ciudad no está feliz», sentencia Barón. La epidemia, por lo pronto, impidió que en 2020 se celebrara «La Navidad en los Patios». El festival de 2021, da por hecho Barón, será «con menos gente» de lo habitual. Pero lo que le gustaría es que lo ante posible el Alcázar Viejo, epicentro de esta fiesta, se pusiera en mayo «a rebosar» de gente. «Eso significaría que se ha reactivado la economía y que la gente estaría viajando y ya podría venir a Córdoba», finaliza el presidente de Claveles y Gitanillas».
Manuel Pérez Moya, el deán-presidente del Cabildo Catedral de Córdoba, confiesa que ver en el último año, por el Covid, la Mezquita-Catedral vacía de visitantes «produce un escalofrío y una sensación indescriptible». Una impresión que luego dibuja con cifras. Recuerda que 2019 «culminó» una década de «crecimiento ininterrumpido en los visitantes». Ese año batió su récord, con 2,08 millones. Pero en 2020 la pandemia, explica Pérez Moya, hizo que «apenas se sobrepasaran las 430.000» personas que disfrutaron de este monumento. Sobre el impacto de esta crisis en el Cabildo, apunta que este mes publicaron su «cuenta de resultados, con una pérdida de más de 9 millones». Ello, sigue, «nos ha afectado en proyectos que teníamos previsto llevar a cabo». «Por ejemplo, en la labor cultural que centramos en el Foro Osio, éste ha visto mermado su número de actividades de forma considerable», añade.
Pese a todo, destaca, la institución ha hecho «un gran esfuerzo en conservación y restauración, donde se han destinado más de tres millones, y de igual manera en caridad y obra
Por el puente de la Inmaculada de 2019 la Mezquita Catedral de Córdoba presentaba esta imagen. Apenas unos meses después las visitas caían estrepitosamente hasta perder unos ingresos de 9 millones de euros. Más abajo, la última Feria de Abril que se celebró en Sevilla y la industria de la flor cortada, una de las más castigadas por la pandemia
«Pronto vendrán tiempos mejores»
«No podíamos dejar de atender en un año tan complicado las necesidades asistenciales»