Entamados y clasificados
ta de Andalucía, en el marco del Consejo Andaluz de la Biodiversidad, presentó un programa para la recuperación del lobo ibérico en las sierras andaluzas, que contó igualmente con el rechazo de todo el sector.
«Nutriscore»
El semáforo nutricional europeo que se va a implementar en España este año también ha protagonizado en las últimas semanas grandes enfrentamientos entre el sector agroalimentario andaluz y el Gobierno, en este caso, el Ministerio de Consumo. La primera polémica surgió en el seno del sector oleícola, quienes denunciaron que esta catalogación no posicionaba bien al aceite de oliva, pues equipara al virgen, virgen extra (AOVE) y oliva, entre otros, a los aceites de colza, otorgándole peor calificación que otros alimentos a los que se denominan «comida basura». El sector denunció que este semáforo no tiene en cuenta las «más que demostradas» propiedades saludables y beneficiosas para la salud del aceite de oliva, por lo que Nutriscore comete «un atropello que dañará irremediablemente la imagen y la reputación de uno de los productos agroalimentarios más prestigiosos del país como es el aceite de oliva».
Ante este polvorín, Consumo ha anunciado que se excluirá al aceite de oliva del sistema de etiquetado frontal Nutriscore, señalando que ese sistema «no es perfecto, y tiene un déficit en aquellos productos que sólo tienen un ingrediente, como el aceite de oliva», y por eso, el Gobierno, «sabiendo que es necesario aprobar el Nutriscore», ha llegado «a un acuerdo con las distribuidoras para que el aceite de oliva no se vea perjudicado».
Salvado este escollo, ahora son el jamón ibérico y el queso los que piden salir del sistema. Y es que en el caso del jamón ibérico, Nutriscore pretende calificarlo en la penúltima categoría (letra D), pese a que las grasas, que son las que penaliza, son insaturadas.
En el mismo sentido se posicionan ganaderos y fabricantes de quesos, que denuncian que la mayor parte de estos productos se verán penalizados con las categorías D y E, alegando que es un alimento fundamental en la dieta mediterránea y un pilar económico en muchas zonas rurales.
Aranceles y diplomacia
El anuncio por parte de Estados Unidos de no revisar los aranceles en vigor, manteniendo el 25% sobre el aceite de oliva envasado y la aceituna de mesa verde de origen español supone «un nuevo fracaso de la diplomacia europea y española», en un momento en el que se miraba con esperanza la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca. Las consecuencias de dichos gravámenes, iniciados por la Administración de Trump, están siendo muy lesivos para el sector olivarero andaluz. El sector entiende que «Europa y el Gobierno español no han sabido solucionar un conflicto que se alarga en el tiempo y que ha sacado al aceite y la aceituna andaluza del mercado más importante fuera de la UE, tras haber realizado inversiones millonarias durante las últimas dos décadas».
Por su parte, Planas ha reconocido la «inquietud» de los sectores afectados, pero asegura que «de aquí a agosto, fecha de la última revisión, se pueda negociar con Estados Unidos la eliminación de estos aranceles injustos». El problema es que al sector olivarero se le agota la paciencia.
Los entamados y clasificados de las aceitunas de esta campaña han arrancado con unos precios similares a los de la campaña anterior y/o superior en algunos calibres específicos. Fuente: Asaja.