ABC (Sevilla)

¡Con lo bien que votábamos en domingo y sin amenaza de virus!

- ANTONIO BURGOS

SÍ, ya sé que, si no, a Isabel Díaz Ayuso no le salían las cuentas, y que la moción de censura se le venía encima si ponía las elecciones en día festivo, guardando los plazos de la ley. ¿Pero a usted no le resulta por lo menos extraño que las elecciones autonómica­s de Madrid sean el 4 de mayo, martes, o sea, en día de trabajo? Habrá que ir del coro del trabajo al caño de la urnas. ¿Favorecerá la abstención esto de que haya que abandonar el currelo para ir a votar o por lo menos llegar al trabajo con la papeleta ya echada?

Así, claro, dan los candidatos los autodefini­dos raros e insólitos que se otorgan, Como el de Ángel Gabilondo, que me hace mucha gracia: se presenta como «soso, serio y formal». En serio, como él dice. Se presenta como soso. Como si el resto de los candidatos fueran en plan de cachondeo y la señora Ayuso, contando chistes de baturros. Serio sí que es, más que el juez de «Morena Clara». Y en cuanto a formal, pues ojalá guarde las formas y no se deje coleta que luego devenga en rodete de vieja como moño, con la rima fácil que pueden atribuirle a Pablo Iglesias

¿Cuánto hace que no tenemos elecciones en día laborable? Me gustaría tener a mano las estadístic­as increíbles de precisas que manejan los comentaris­tas de los partidos de fútbol para decirles desde cuándo. Me parece más civilizado, más «serio y formal», más europeo, que las elecciones sean en domingo. O en día de fiesta. Hubiera estado precioso que las elecciones de Madrid fuesen el 2 de mayo. Porque puede formarse en ellas el 2 de mayo y porque es día festivo.

La parte positiva que tiene esto de las urnas en martes es que nos rejuvenece­n bastante a los puretones y sorprenden por su novedad a los jóvenes. Nos rejuvenece­n a los que estamos votando desde tiempos de Suárez y González. En aquellos entonces del comienzo de la democracia, las elecciones eran siempre en día laborable. La gente se sabía al dedillo las horas de permiso que tenían que darle en el trabajo para ir a votar, y que tenían que pedir un certificad­o de que habían estado de urnas y no de copeteo en esas horas. Los más jóvenes nunca han votado en día laborable. Lo que no sé es cómo se compaginar­á esto de las horas para votar con los turnos de electores en los colegios que, si se hacen como en Cataluña por culpa de las medidas contra el Covid. Será un lío. ¿Tendrán que votar los mayores de 9 a 11 y luego de 7 a 8 de la tarde los que están a pique de un repique del coronaviru­s? ¿Habrá un turno para los que vienen del currelo y piden el certificad­o de que han ido a votar y no a Mercadona de hacer la compra? Sí han anunciado que no habrá trajes de buzo antivirus para los miembros de las mesas electorale­s, y que cada cual debe llevarse la mascarilla, los guantes y el gel para las manos de su casa. Mezclar día de trabajo y peligro de pandemia será cuanto menos un lío. ¡Con lo bien que votábamos en domingo y sin amenaza de virus! A mí lo europeo y civilizado, más serio que Gabilondo, me parece votar en domingo. Aunque sea menos soso.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain