Junts no apoyará a Aragonès, pero descarta elecciones
El Consell per la República de Puigdemont, escollo para el acuerdo
calado, más allá del día a día del Govern. Más aún cuando en la terminología del acuerdo entre ERC y la CUP se utilizan expresiones como «acumulación de fuerzas», ya acuñadas por el siniestro Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV), o lo que es lo mismo, el mundo proetarra.
En estas condiciones, la decisión de ambas formaciones independentistas de mermar la capacidad operativa de los Mossos d’Esquadra, último bastión de defensa de la legalidad en la Generalitat, con la prohibición del uso de las balas de ‘foam’ y la implantación de un nuevo modelo policial se interpreta en la Policía autonómica como una estrategia para quitar obstáculos de su camino.
«En el 1-O, a pesar de las acusaciones que nos hicieron, y de las profundas heridas que todo aquello provocó, dejamos muy claro que no podían contar con nosotros para saltarse la ley. Lo que hacen ahora es consecuencia de aquel posicionamiento», explican fuentes de la Policía autonómica consultadas por ABC.
Referéndum ilegal
Sin duda, ante el escenario de la repetición de un referéndum ilegal de independencia el papel de los Mossos sería de una importancia capital para el Estado. Primero, porque es una Policía catalana, que trabaja cada día sobre el terreno, es respetada por el ciudadano y está desplegada en la totalidad del territorio; y segundo, porque todas las reticencias que surgieron entre ese cuerpo de seguridad y la Policía y la Guardia Civil están superadas. Es más; nunca como hoy la complicidad entre ellos ha sido tan intensa.
«El Gobierno central es también responsable de la seguridad en Cataluña, aunque se trate de una competencia delegada. Pedro Sánchez tiene mucho que decir ante el intento de ERC y la CUP, y quién sabe si también de Junts, de neutralizarnos», insisten las mismas fuentes, que advierten: «Si permite que estos partidos consumen su estrategia Pedro Sánchez perderá gran parte de su capacidad de respuesta ante un desafío al Estado como el que todos recordamos».
A día de hoy la posibilidad de una especie de ‘155 en materia de seguridad’ como el que se hizo en Madrid durante la pandemia para someter al Gobierno de Díaz Ayuso es ciencia ficción. Pero desde los Mossos d’Esquadra se piden medidas para abortar los anhelos de los independentistas, «porque si se actúa tarde cuando se quiera dar marcha atrás el daño puede ser ya irreversible».
Pere Aragonès no será investido presidente de la Generalitat de Cataluña el viernes –en la primera vuelta– y tiene difícil conseguirlo el martes –en la segunda votación, en caso de que esta sea necesaria–. Ayer, Junts dijo no al candidato de ERC. Jordi Sànchez, secretario general de Junts, anunció, en una conferencia vestida de solemnidad y retransmitida en directo por el canal informativo de TV3, que todavía no se dan las condiciones para que los de Carles Puigdemont apoyen a Aragonès. No hay acuerdo y, aunque este podría cerrarse en los próximos «días o semanas», según Sànchez, Junts descarta una repetición electoral. Todo apunta a que la negociación entre ERC y Junts, por lo tanto, se alargará con un plazo máximo de dos meses y hasta el 26 de mayo como fecha límite.
Junts respondió, así, al acuerdo cerrado por ERC y la CUP esta misma semana –a la espera de que las bases de los antisistema lo ratifiquen mañana– por el que los ‘cuperos’ apoyarán a Aragonès. Pero los 33 diputados autonómicos de ERC más los 9 de la CUP (42) no son suficientes frente a los 61 noes que suman PSC, Vox, ECP, Cs y PP. Los 32 de Junts son decisivos.
Esta es la partida que quieren jugar los de Puigdemont, sin limitarse a una investidura en el primer pleno. Sànchez alabó a Aragonès, presente en la conferencia y que aplaudió a Sànchez al finalizar, descartó unas nuevas elecciones y reivindicó la unilateralidad independentista –en base a haber superado el 50 por ciento del voto el pasado 14 de febrero– para acto seguido confirmar que no hay acuerdo: «Me gustaría decir que sí existe, pero ahora esto no es posible».
Entre los aspectos que impiden, todavía, llegar a un acuerdo, está el papel del Consell per la República, que controla Puigdemont desde Waterloo (Bélgica) y no tiene encaje legal en la administración autonómica. Junts quiere que esta asociación se sitúe por encima de la Generalitat para coordinar, entre otros aspectos, los pasos a seguir en la confrontación del Govern catalán contra la legalidad, vía que Sànchez defendió este martes, una vez más, y el acuerdo firmado por ERC y la CUP prevé en un plazo máximo de dos años.
Una vez despejada la duda de la incógnita en la ecuación ERC-JuntsCUP, el pleno de investidura, el viernes, se puede convertir en un calvario político para Aragonès. Solo cuenta con el apoyo sólido de su formación. La CUP le respaldará pero sin entrar en el gobierno; Junts no pasará de la abstención; y el resto de partidos, que forman la oposición, evidenciarán la debilidad del candidato y la supuesta ingobernabilidad de los independentistas.
Segunda votación, el martes
Lo que sí es seguro es que Laura Borràs (Junts), presidenta del Parlamento autonómico, convocará el pleno de investidura para el viernes a las 10.00 horas. Y que le ofrecerá a Aragonès defender su candidatura. Todo apunta que este no conseguirá los 68 votos en la primera vuelta, por lo que habrá una segunda votación a los dos días. Sin embargo, aunque hasta ahora esos dos días se han considerado días naturales, Borràs señaló ayer que son días hábiles, una interpretación que tiene el aval de los letrados, según señalaron a ABC fuentes parlamentarias. Por lo tanto, la segunda votación no se celebrará el domingo, sino el martes. Pero, tras oír a Sànchez señalar las diferencias con ERC, Aragonès necesitará, al menos, un nuevo pleno de investidura.