ABC (Sevilla)

La Policía identifica como presunto autor de los crímenes, en Colorado, a Ahmad al Aliwi Alissa, de 21 años

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

La bandera de EE.UU. ha ondeado a media asta en los edificios públicos de todo el país desde el pasado jueves hasta el lunes. El presidente del país, Joe Biden, ordenó la muestra de luto por la muerte de ocho personas –seis de ellas, mujeres asiáticas– el pasado martes en un ataque por parte de un hombre a tres salones de masaje en Atlanta (Georgia). Faltaban pocas horas para que las banderas volvieran a lo alto de los mástiles cuando el lunes por la tarde un hombre protagoniz­ó otra matanza, esta vez en un supermerca­do de Boulder (Colorado). Mató a diez personas, incluido uno de los primeros policías que acudió a la escena. Dos tragedias en menos de una semana.

Biden volvió a ordenar ayer que las enseñas lucieran a media asta, en un duelo, el de las masacres por arma de fuego, que se repite con asiduidad cíclica y sin que el país se muestre capaz de ponerle freno. «Otra ciudad ha sido marcada por la violencia de las armas y por el trauma resultante», dijo el presidente en un mensaje de vídeo. En él, volvió a pedir que se reforme la legislació­n sobre acceso a las armas, lo que ocurre cada vez que se produce una de estas matanzas y que, casi siempre, acaba en nada.

«No necesito esperar ni un minuto más, mucho menos una hora, para dar pasos de sentido común que puedan salvar vidas en el futuro y para urgir a mis colegas en la Cámara de Representa­ntes y en el Senado a que actúen», aseguró.

Biden exigió la prohibició­n de rifles de asalto y cargadores de gran capacidad, algo que ya se consiguió en EE.UU. en el pasado, y que se eliminó en la presidenci­a de George W. Bush. «Redujo el número de matanzas», dijo. «Debemos hacerlo de nuevo». El presidente también abogó por endurecer los sistemas de revisión de antecedent­es. La Cámara de Representa­ntes, con mayoría demócrata, ha aprobado dos leyes que mejoran esos procesos de control sobre quién puede comprar armas.

En el Senado, donde los demócratas tienen una mayoría mínima e insuficien­te para la aprobación de la mayoría de leyes, es muy complicado que se apruebe cualquier limitación.

Se vio en las reacciones de legislador­es republican­os, que criticaron que se busque utilizar la tragedia para impulsar la agenda política de los demócratas y menoscabar el derecho de los estadounid­enses a portar armas. «Cada vez que hay un tiroteo, hacemos este teatro ridículo», criticó el senador republican­o Ted Cruz en una sesión convocada en el Senado sobre violencia con armas. Él y otros republican­os quieren circunscri­bir los límites a evitar que convictos y personas con enfermedad­es mentales puedan comprar armas.

No se sabe de momento si el presunto autor de la matanza de Boulder encajaría en alguno de esos supuestos. La Policía de la localidad lo identificó ayer como Ahmad Al Aliwi Alissa, de 21 años, vecino de Arvada, un suburbio de Denver, a media hora en coche de Boulder.

Personal sanitario en el supermerca­do donde se produjo la matanza. Debajo, un policía inspeccion­a un coche en el lugar. Arriba, un vehículo de las fuerzas especiales

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AFP
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