Apenas se invertirá el 55% de los fondos europeos previstos por Sánchez en 2021
El Banco de España empeora su previsión de crecimiento para este año al 6% debido al retraso en las vacunas y de la ejecución del plan de la UE
La economía acabó 2020 mejor de lo esperado pero también ha empezado 2021 con peor pie de lo previsto, lo que ha vuelto a trastocar las previsiones retrasando la recuperación. Así lo recoge el Banco de España en sus últimas proyecciones macroeconómicas presentadas ayer en las que empeora su previsión de crecimiento del 6,8% al 6% para 2021 y pronostica en su hipótesis central un repunte del PIB del 5,3% en 2022 –1,1 puntos más que en sus augurios de diciembre– y del 1,7% en 2023 –sin cambios–.
La razón es que la recuperación se posterga a la segunda mitad del año, debido a la tercera ola pero también al retraso en los fondos europeos –que pasan tres décimas de crecimiento de 2021 a 2022– y la campaña de vacunación, lo que hará que este año se crezca menos y el que viene, algo más. La institución augura que en 2021 se materializará solo el 55% de la inversión prevista por el Gobierno con estos recursos y el 100% del gasto, que se pasará al siguiente año, con el consiguiente impacto en crecimiento.
Si bien el Ejecutivo presupuestó 27.000 millones para adelantar importes si los recursos tardaban en llegar, el problema es que las negociaciones con Bruselas se alargan. «No es tanto los desembolsos de Bruselas, sino la constatación de que el proceso de solicitud de proyectos y reformas, las negociaciones con Bruselas y la validación van a ser más farragosos de lo que se podía estimar», aclaró el director de Economía y Estadística, Óscar Arce, quien señaló que la institución en diciembre contaba con que «el Gobierno pudiera ejecutar proyectos a comienzos de año», financiándolos por su cuenta. «La impresión es que ese adelantamiento no se ha producido, ya que aún estamos en fase de recopilación de proyectos y negociación con Bruselas», zanjó.
Como fuere, el PIB precrisis no se recuperará hasta los primeros meses de 2023, en una estimación central que da por hecha la «desaparición prácticamente plena» de las medidas de restricción en los últimos meses de 2021 al haber inmunizado a una mayoría amplia de la población.
Como ya es norma en tiempos pandémicos, el Banco de España dibuja tres escenarios: uno más severo que contempla un rebrote y restricciones duras, y otro suave en el que la mejora se acelera. En el primero, el crecimiento sería del 3,2% este año, es decir, menos de la tercera parte que el crecimiento pronosticado por el Gobierno este año, del 9,8%; a lo que se añadiría un repunte del 4,6% en 2022 y del 2,2% en 2023. El PIB no recuperaría su altura prepandémica ni siquiera a finales de 2023. En el escenario suave, el crecimiento sería del 7,5% este año –próximo al 7,2% previsto por el Ejecutivo sin contar el impacto de los fondos europeos–, el 5,5% en 2022 y el 1,6% en 2023. El PIB volvería a su nivel precrisis a comienzos de 2022 bajo este prisma optimista.
El Banco de España empeora con mayor intensidad sus estimaciones para el mercado laboral. La tasa de paro será del 17% este año –1,2 puntos más que en sus proyecciones de diciembre–, del 15,1% en 2022 –cinco décimas más– y del 14,1% en 2023 –dos décimas por encima–, mientras que en el escenario grave llega al 18,3% en 2021 para bajar al 17,2% en 2022 y el 16,1% en 2023. En base al escenario suave, las previsiones son del 15,9% este año, del 13,9% en 2022 y del 12,8% en 2023.
Como fuere, para el arranque de año