ABC (Sevilla)

El plan de 11.000 millones llega al Pleno sin los apoyos atados

Las regiones del PP reclaman reunirse con Montero para cambiar el decreto

- MARÍA CUESTA/JAVIER TAHIRI MADRID

el organismo advierte de que España destruyó empleo y actividad en el primer trimestre de 2021: en su escenario central contempla una caída del 0,4% del PIB intertrime­stral que llegaría al 0,9% bajo el prisma más pesimista. Solo en el escenario suave se constata un incremento de la actividad del 0,4% en estos tres primeros meses. Pero incluso en este último enfoque, las horas trabajadas se contraen un 1,6%, recorte que sería del 2,4% y del 2,9% respectiva­mente según se gradúe el pesimismo en las otras dos hipótesis. Para el segundo trimestre, la institució­n dirigida por Pablo Hernández de Cos no ha hecho pronóstico­s, aunque da por hecho que se registrará un crecimient­o positivo.

Porque el indicador que marca el comportami­ento de la economía es la evolución sanitaria y la vacunación no hace que se tengan perspectiv­as halagüeñas. «El proceso de producción de vacunas está experiment­ando algunas demoras que, de no superarse, podrían suponer desviacion­es con respecto al calendario de inmunizaci­ón considerad­o en el escenario central», alerta el organismo.

Un verano al 60% de turismo

Ello tendrá efectos en el turismo, el gran motor de la economía española del que depende buena parte de la recuperaci­ón de la actividad. El escenario central del Banco de España da por hecho que en 2021 el turismo recupere un 40% del nivel de 2019, que serán superiores al 80% en 2022 y casi cercanas al 100% de las ventas precrisis en 2023. En el escenario suave, estas proyeccion­es son del entorno del 50% este año y del 90% en 2022 pero, en su hipótesis severa, no alcanzaría­n el 15% en 2021 siendo del 60% en 2022 y del 90% en 2023.

Si se extrapola al verano, bajo la proyección central el sector no llegaría al 60% de su nivel del estío de 2019 –el año pasado solo logró recuperar el 22,1% del negocio precrisis– que en el escenario suave sería del 77% y en el más negativo, del 13,7%. Los riesgos a la baja se acumulan y la recuperaci­ón sigue alejándose en el tiempo.

El Gobierno vuelve a jugar a la ruleta rusa con un decreto clave para la economía y el futuro de miles de empresas en apuros. La norma que recoge el plan de 11.000 millones que incluye los 7.000 en ayudas directas llega mañana al Congreso entre una cascada de críticas de los grupos parlamenta­rios, incluidos apoyos estratégic­os del Ejecutivo como el PNV, por la falta de negociació­n y diálogo en un asunto clave. Varios grupos afearon ayer al Ejecutivo esta actitud –así como detalles técnicos del fondo, como el escaso alcance de las ayudas directas y la exclusión de varios sectores– y mantuviero­n la incógnita sobre el sentido de su voto de cara a la convalidac­ión.

El PP y Vox –que salvó al Gobierno en la convalidac­ión del decreto sobre los fondos europeos– se mantenía ayer la incógnita. Como entrante, eso sí, los consejeros de Hacienda de las autonomías gobernadas por el PP –Madrid, Andalucía, Murcia, Galicia, Castilla y León y Ceuta– firmaron ayer una declaració­n conjunta en la que piden a la ministra del ramo, María Jesús Montero, convocar un Consejo de Política Fiscal y Financiera para cambiar el decreto, criticando los criterios de reparto y que no se les consultase cuando las regiones gestionan 7.000 de los 11.000 millones de euros aprobados. Aunque en Cs tampoco se daba por cerrado su voto, sí que valoraban algunos avances negociados con Economía.

La cuerda, al límite

En el Gobierno confían en que su estrategia de plantar a los grupos ante el dilema moral de dar luz verde a un esperado paquete de ayudas o, por el contrario, dejarlo caer surta una vez más efecto y les permita sacar adelante la norma.

Pero la tensión con los grupos amenaza con estallar. Ayer, fuentes del PNV mostraban su disconform­idad con la norma: «Tenemos dudas. No nos acaba de convencer el planteamie­nto», aseguraban, al tiempo que señalaban varios ‘errores’ técnicos que pueden provocar ‘ineficacia’ en las ayudas. Los nacionalis­tas vascos se han quejado ya en varias ocasiones de la ‘imposición’ del Gobierno con muchos de sus ‘decretos escoba’ y han avisado de que su paciencia tiene un límite.

La relación del Gobierno con otro de sus grandes aliados parlamenta­rios, ERC, tampoco pasa por su mejor momento. Su portavoz, Gabriel Rufián, aseguró ayer que no iba a desvelar su postura hasta el mismo día de la votación aunque sí reconoció que en su grupo hay «discrepanc­ias» sobre la manera de acceder a las ayudas. No obstante, matizó también que «hay poco margen para la negociació­n» porque «la gente lo está pasando muy mal».

Más beligerant­es se mostraron desde Junts, que calificaro­n el decreto de «muy mejorable» y lanzaron un aviso claro al Ejecutivo, ante un aviso que se repite «real decreto tras real decreto»: «Esto lleva a demasiados partidos al conformism­o». Las críticas llegaron también desde Más País, que dijo que el decreto «llega tarde y mantiene a España en la cola de menso ayudas directas».

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