ABC (Sevilla)

Cuando perder es la mejor opción

Los peores equipos de la NBA hacen ‘tanking’, dejarse llevar para elegir luego a los mejores universita­rios

- PABLO LODEIRO

Llega el ecuador de la temporada NBA, un punto de inflexión en el que la realidad se revela ante las 30 franquicia­s que componen la liga de baloncesto. Es el momento de medir aspiracion­es, en el que los grandes equipos perfilan sus plantillas y ánimos para encarar una serie de partidos que definirán, en buena medida, su devenir en la competició­n. Pero como con todo en esta vida, siempre hay dos versiones. Los Houston Rockets consiguier­on cortar en la madrugada de ayer una racha de 20 partidos consecutiv­os con derrota, una de las diez peores de la historia. John Wall, su base, lo festejaba y casi le faltaba descorchar en champán. El equipo había perdido en verano a sus dos principale­s estrellas, James Harden y Russell Westbrook, a su entrenador y a su jefe de operacione­s. En definitiva, tocaba una reestructu­ración. Pese a que nadie duda de la profesiona­lidad del conjunto tejano, en la NBA es habitual que, ante la falta de expectativ­as deportivas, los equipos se dejen llevar por lo que resta de calendario a base de derrotas, con sus estrellas de baja indefinida, o traspasar incluso a algunos jugadores a mitad de campaña para, al final de ella, obtener beneficios en forma de talento joven en el ‘draft’ (que además tienen un salario marcado por la liga y muy asequible). Esta práctica tiene un nombre: el ‘tanking’.

Sanciones

Este fenómeno, pese a todo, sigue siendo un tema tabú. Ningún equipo ha reconocido ni reconocerá el uso de esta práctica pero sin embargo, los dirigentes de la NBA, con sus medidas para cortocircu­itar este fenómeno, le han dado validez a esta realidad. Adam Silver, comisionad­o y máxima autoridad de la liga, ha luchado en los últimos tiempos con multas (pueden ascender hasta los 84.000 euros a los equipos que reserven a sus titulares y con una reformulac­ión de la lotería del ‘draft’. Desde 2019, la probabilid­ad de ser el peor equipo y obtener su número uno ha bajado desde el 25% al 14%.

Esta cualidad inherente de la NBA, pues las otras grandes ligas estadounid­enses cuentan con un calendario más reducido que no deja espacio a la triquiñuel­as, se originó en la década de los 80. Hasta esta fecha, el número uno del ‘draft’ se decidía lanzando una moneda al aire, literalmen­te. Y participa

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