¿Qué es y cómo funciona el ‘draft’ de la NBA?
La NBA tiene una serie de cortafuegos para evitar la desigualdad en la competición. Al límite salarial y los intercambios de jugadores, y traspasos no por montantes económicos, se le añade el ‘draft’. Una noche en la que los peores equipos de la temporada son los primeros en elegir entre las estrellas de la liga universitaria. Son activos con gran proyección, con bajo salario y que pueden ser utilizados para traspasos. ban el peor equipo de cada conferencia, que elegían la cara o la cruz. Los Houston Rockets de la temporada 83/84 pueden presumir de ser el primer equipo en la historia en ‘tanquear’. El colofón a su desastrosa temporada estuvo formado por 14 derrotas en los últimos 17 partidos, unos en los que incluso sacaron a pista a jugadores muy pasados en años, hasta ese momento con papeles más secundarios, para propiciar los malos resultados. Fueron últimos y entraron en la lotería. En la universidad ya despuntaban dos jóvenes, Michael
Jordan y Hakeem Olajuwon, y estaba a una moneda de hacerse con uno de ellos. Una década después y con el segundo ya en su plantilla, consiguieron el primer anillo de su historia.
Seguramente el caso más sonado de ‘tanking’ en los tiempos recientes de la NBA sea el de los Philadelphia 76ers. El equipo, entre 2013 y 2016, sumó solo 47 victorias en 246 partidos mientras acumulaban talento joven como Joel Embiid, Ben Simmons o Markelle Fultz. Mientras sus derrotas sonrojaban a la liga y a sus propios aficionados, sus jugadores asumían el eslogan ‘Trust the process’ (confía en el proceso, en inglés), un populismo con la promesa de un futuro menos bochornoso. Lo cierto es que hoy son uno de los equipos punteros de su conferencia y candidatos a llegar hasta la finales de la NBA.
Otro caso de éxito ha sido el de Los Ángeles Lakers. La organización se enfrentó en 2016 a la retirada de Kobe Bryant, su jugador más emblemático en el siglo XXI. La respuesta fue el ‘tanking’. Los Lakers comenzaron a acumular derrotas y posadolescentes bajo su uniforme pero, en este caso, y porque el equipo de oro y púrpura tiene un aura diferente en lo que a contratación de jugadores se refiere, la ecuación resultó exitosa. En 2018, convencieron a LeBron James, el mejor del momento, para unirse a un proyecto en ruinas y un año después, traspasaron a sus mirlos para hacerse con uno de los interiores más dominantes de la NBA, Anthony Davis. Actualmente son los campeones.
El ‘tanking’, sin embargo, es un ente caprichoso. La liga está llena de esqueletos, de equipos que han hipotecado su integridad y que nunca han sacado rédito por ello. Sacramento Kings, Minnesota Timberwolves, New York Knicks o Detroit Pistons son esos conjuntos que, en la jerga coloquial interna de la liga, se les conoce como ‘bandas’, porque se han hartado a perder para conseguir talento universitario y siempre han cantado un poco. Elegir al número uno del ‘draft’ u otros jóvenes prometedores (120 son seleccionados cada año) no asegura el éxito, es una lotería como bien indica su nombre. Por ejemplo, los Timberwolves fueron los primeros en escoger el pasado verano. Anthony Edwards apunta a jugador generacional y ha dejado grandes actuaciones en sus primeros meses como profesional, pero su franquicia es la peor de la NBA, con solo 10 victorias en 43 partidos. La historia está llena de ilusionantes proyectos que acabaron en el anonimato. Porque si perder es la mejor opción, el éxito nunca es una certeza.