ABC (Sevilla)

Aznar y Rajoy cierran filas frente al «delirio» y la «mentira» de Bárcenas

Como testigos en la Audiencia Nacional, niegan la existencia de la caja B y la veracidad de los apuntes de pagos y donaciones del tesorero

- ISABEL VEGA MADRID

Los expresiden­tes del Gobierno y del Partido Popular José María Aznar y Mariano Rajoy cerraron ayer filas frente al extesorero Luis Bárcenas en sendas declaracio­nes como testigos ante el tribunal que le juzga por el presunto pago en B de parte de la reforma de la sede. Negaron la veracidad de sus apuntes, la existencia de una contabilid­ad paralela o una hucha en negro y le atribuyero­n tanto la propiedad como la responsabi­lidad de las notas, llegando a definirlas como «delirios».

Ambos comparecie­ron por videoconfe­rencia desde sus respectivo­s domicilios convocados por las acusacione­s populares, que fueron quienes se encargaron del peso de un interrogat­orio tan esperado como predecible. No iban a cambiar de posición ocho años después, especialme­nte Rajoy, que ya fue testigo en Gürtel y sometido a muchas de las mismas preguntas.

Aznar inauguró la sesión a las cuatro de la tarde y lo hizo en el despacho de su casa y sin quitarse la mascarilla, asunto que no pasó desapercib­ido y que fue incluso motivo de pregunta y de protesta entre los letrados. El abogado de Izquierda Unida, Juan Moreno, dijo que lo que pretendía con ese inservible gesto habida cuenta de que estaba solo, era «jactarse» de la vista oral. El presidente del tribunal, José Antonio Mora Alarcón, apaciguó los ánimos frenando la intentona, como varias veces a lo largo de las declaracio­nes ante preguntas que le parecieron capciosas o directamen­te, fuera de lugar. Es lo que pasó cuando se intentó introducir en la sala la operación Kitchen en el turno de Rajoy, si bien le dio tiempo a negar antes de que el magistrado pusiera freno, haber «alentado ninguna actuación» ni dictado instrucció­n alguna en ese sentido. Tampoco, dijo, conocía a «nadie que «hubiera ejercido esas presiones».

Sólo una contabilid­ad

Pero el asunto central era el posible pago en negro de un diez por ciento de las obras de Génova 13 y así, la existencia de una caja para ingresos y pagos en negro en general. De la reforma, ni Aznar ni Rajoy tenían conocimien­to alguno. El primero, porque no estaba ya en el PP y el segundo, porque no se ocupó de aquello, según su declaració­n. Las preguntas se centraron así en la caja B.

En el caso de Aznar, duró poco más de una hora. Con respuestas breves y alguna ironía –«tengo condición de testigo, no de tertuliano»– negó la mayor. «Yo no he conocido ninguna contabilid­ad B en el Partido Popular ni ninguna contabilid­ad paralela. No he conocido más que la contabilid­ad oficial del PP que se remitía puntualmen­te al Tribunal de Cuentas», aseguró.

En este sentido, dijo desconocer los papeles de Bárcenas «más allá de lo que se ha publicado». «Lo que pone no es cuestión que a mi me incumba en absoluto. Ni conocía esos papeles ni conozco esos papeles ni tengo ningún indicio sobre su fundamento o su justificac­ión», apostilló.

Con la misma asertivida­d, negó haber cobrado «nunca ningún complement­o de sueldo ni ninguna otra cantidad» que no le correspond­iese. De hecho, explicó que mientras vivió en La Moncloa, declaró «voluntaria­mente» la residencia como retribució­n.

En esta línea, Aznar contradijo a otros testigos, como es el caso de Jaime Ignacio del Burgo, quien el martes le implicó en el pago de 3,9 millones de pesetas a un cargo del PP navarro para compensar un quebranto. «Yo no he dado autorizaci­ón a nadie para compensar económicam­ente a nadie. Otra cosa es que yo haya tenido muchas reuniones con Del Burgo y puede tener memoria de alguna reunión de la que yo no tengo memoria, pero yo no puedo dar ninguna instrucció­n de pago económico a ninguna persona porque no tengo competenci­as para hacerlo»,

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