ABC (Sevilla)

Las jornadas maratonian­as del tribunal de la caja B

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zanjó. También dijo desconocer «el problema» de Jaume Matas cuando se quedó sin ingresos, tal y como testificó, al pasar del ministerio a la candidatur­a electoral en Baleares: «No lo sé porque yo me ocupaba de presidir el Gobierno». Dio una respuesta similar sobre el crédito de 4 millones reconocido por Pío García Escudero.

En todo momento, dejó claro que de las cuentas ni sabía ni tenía por qué saber. Era cosa del tesorero y él, «no tenía ningún motivo para dudar de la gestión de Álvaro Lapuerta», que lo era entonces. Con este punto de partida, negó donaciones ilegales y se desmarcó de las legales, igual que expresó «desconocim­iento absoluto» sobre si en el partido se manejaba efectivo.

«No trituré lo que no tuve»

En este punto coincidió Rajoy, cuya declaració­n se prolongó más de dos horas, ya sin mascarilla, y que a preguntas similares, respondió que no era su competenci­a –«yo estaba en los grandes temas»– y que confiaba en Lapuerta y, hasta que estalló la Gürtel, en Bárcenas. El exdirigent­e popular es el principal perjudicad­o de la nueva estrategia judicial del extesorero y dedicó buena parte de la declaració­n de ayer a desmentir lo que él viene afirmando, como que le mostró los papeles de la caja B en su despacho y los trituró en su presencia. «A mi no me ha entregado ninguna contabilid­ad B porque la primera vez en mi vida que vi los papeles fue publicados en un diario nacional el 31 de enero de 2013. Por tanto, es metafísica­mente imposible que yo haya destruido esos papeles.

Hoy concluyen en la Audiencia Nacional las testifical­es de exaltos cargos del PP con las comparecen­cias de los exministro­s Rodrigo Rato y Federico Trillo, que igual que hicieran Acebes, Arenas, Cospedal, Aznar, Rajoy y Michavila, responderá­n a las acusacione­s por videoconfe­rencia.

La sesión arranca a las diez y sobre el papel, es de mañana, pero una jornada más, cuenta con ocho testigos previstos y difícilmen­te acabará antes de avanzada la tarde. Ya el martes, Cospedal debía comparecer a

No ha habido caja B y yo no he triturado lo que nunca tuve en mis manos», aseguró. En línea con la tesis que sostuvo en su testifical la que fue su número dos, María Dolores de Cospedal,

Aznar ironiza sobre la caja «Yo no era inspector de cajas fuertes y no me dedicaba ni a inspeccion­ar los despachos ni a si existían o no»

Rajoy cuestiona a Bárcenas «Le utilizan con demasiada alegría como argumento de autoridad y eso es peligrosís­imo»

partir de las doce de la mañana, como ayer Aznar y Rajoy, pero ninguno lo hizo hasta vencidas las 16.00 horas, lo que llevó a varios letrados a solicitar una reprograma­ción del calendario que aún está por ver.

Los fallos de conexión y los prolijos interrogat­orios de la pluralidad de acusacione­s fuerzan al tribunal a pedir disculpas a cada testigo por la dilación. Ayer, quienes se quejaron fueron los letrados: «También tenemos que conciliar», se escuchó en la sala. Eran las siete y aún faltaba un testigo. incidió en que no existe tal contabilid­ad paralela, sino «unos papeles que son del señor Bárcenas y él tendrá que explicar». En su opinión, las anotacione­s son «la expresión de un delirio» y su contenido, «falso de toda falsedad» como refleja que «el 95% de las personas que salen» han negado su veracidad. «Esos papeles son mentira», repitió más de una vez, para recordar además que el extesorero ha cambiado de versión sobre algunos aspectos del relato a lo largo de los años: «Ni siquiera es capaz de estar de acuerdo consigo mismo».

Sobre por qué el partido le siguió pagando después de 2010, contestó que «los trabajador­es tienen unos derechos mientras no les priven de ellos los tribunales y conviene respetarlo­s»,

La credibilid­ad del tesorero

Por descontado, defendió la «transparen­cia» y legalidad de cuanto ha cobrado en su carrera política y negó tanto haber percibido sobresueld­os como haber conocido o gestionado donaciones, cuando menos, ilegales. «Jamás recibí una donación, jamás fui conocedor y es imposible que las personas que trabajaban conmigo, Dolores de Cospedal y Ángel Acebes, la hayan recibido», sentenció.

Pero el interrogat­orio seguía sobre cada uno de los apuntes, para exasperaci­ón de Rajoy. «Está utilizando documentos que son mentira y a partir de ahí, puede hacer los argumentos brillantes que quiera que no tienen ningún valor», llegó a contestar a un letrado.

Dejó además, una advertenci­a colectiva por el camino: «Utilizan ustedes con demasiada alegría al señor Bárcenas como argumento de autoridad y eso es peligrosís­imo. Puede llevar a equivocaci­ones grandes».

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