La Renta castigará a los empleados en ERTE de seis regiones
Los obligados a declarar de Asturias, Valencia, Extremadura, Murcia, Baleares y Aragón pagarán más
el ministro va en aumento. De hecho no solo se critican las propuestas que lleva a la mesa, sino también las formas. Aseguran que lleva los planteamientos directamente a las negociaciones sin dar posibilidades de estudio y análisis previo, lo que ralentiza mucho los trabajos.
Uno de los principales puntos de desacuerdo con el ministerio –y que une a empresarios y sindicatos– es el calendario planteado. Como adelantó ABC, el titular de Seguridad Social ha puesto sobre la mesa tres bloques de medidas a aprobar en distintos tiempos. Una primera, que debería estar lista cuanto antes e incluso para la que el ministerio ha barajado la fecha de mediados de abril, sería la que incluiría cuestiones menos espinosas, como el índice de revalorización de las pensiones en torno al IPC, las propias prejubilaciones y el calendario para que el Estado asuma definitivamente la totalidad de los llamados gastos impropios del sistema.
En una segunda ronda, que debería concluir en verano, Escrivá habría planteado el cambio en la cotización de los autónomos. Y para final de año, entre las medidas a poner en marcha se encuentran dos de las decisiones que más ingresos y ahorros supondrán para las dañadas cuentas de la Seguridad Social. Se trata de un aumento de los impuestos al empleo para sueldos de más de 49.000 euros y la ampliación de los años que se tienen en cuenta para calcular las pensiones.
Su estrategia no convence
En el entorno del ministro defienden que esta técnica de negociación en fases es la más ágil, pues prioriza las cuestiones en las que hay más posibilidades de un encuentro rápido y deja para final de año las más espinosas. Una estrategia que encaja con los requerimientos de Bruselas, que vería con muy bueno ojos que el Gobierno español pusiera sobre la mesa un pacto transversal en el arranque de una negociación clave como es la del sistema de pensiones.
Sin embargo, tanto sindicatos como empresarios consideran que este despiece les quita fuerza y poder de negociación, y temen que dar un visto bueno ahora de cara a la primera remesa europea dé manga ancha al Gobierno para presionar después con un eventual bloqueo de las partidas de los fondos europeos en caso de no acceder a sus propuestas. También el Pacto de Toledo sigue con atención las propuestas del ministro Escrivá, y de hecho le espera el próximo día 12 de abril en el Congreso para que explique el estado de estas negociaciones. La comisión parlamentaria está molesta con la deriva del titular de las pensiones con la reforma y quiere que dé explicaciones detalladas de cuáles son sus planes, en ocasiones alejados de las recomendaciones que se pactaron. «Los beneficiarios de los ERTE van a pagar menos impuestos porque han tenido menos renta», afirmó el pasado martes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Senado. La también portavoz del Gobierno defendió que las prestaciones cobradas por los empleados en ERTE en 2020, al no tener retención de IRPF entonces, se debían tributar ahora en la Renta, por lo que estos empleados «no pagarán ni un euro más» de IRPF de lo que les correspondería si hubieran recibido las mismas cantidades solamente de su empresa. Sin embargo, esto no será así para los empleados que ganen entre 14.000 y 22.000 euros que hayan cobrado más de 1.500 euros de un ERTE en 2020 y vivan en comunidades autónomas con un IRPF más alto que el de la tarifa estatal. Al bajar el umbral mínimo de ingresos que obliga a hacer la Renta de 22.000 a 14.000 euros, estos contribuyentes deben declarar y se verán perjudicados por esta razón.
En estos casos, según cálculos de ABC, la Renta hará que paguen más IRPF los trabajadores de Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón, Extremadura, Baleares y Asturias que cumplan los anteriores supuestos, ya que estas son las regiones que tienen un impuesto sobre la Renta que, en estos tramos, llega a ser más alto que el de la tarifa estatal. Los trabajadores que ganan menos de 22.000 euros y que, de no haber entrado en un ERTE solo habrían tenido un pagador, no tendrían la obligación de haber presentado la declaración. Estos empleados pagarán más IRPF este año que si no hubieran estado en un ERTE y no tuvieran que rendir cuentas al Fisco, ya que la declaración de la Renta liquida las diferencias, positivas o negativas, entre las regiones con mayores o menores impuestos a la tarifa estatal. Curiosamente, en Canarias, Madrid y La Rioja la diferencia es positiva para el contribuyente, mientras que en el resto no hay discrepancias.
El caso de Cataluña
Precisamente, Cataluña es una de las comunidades donde los empleados en ERTE en las anteriores circunstancias más IRPF tendrían que pagar ahora, ya que cuenta con el impuesto a la Renta más alto en estos tramos. Debido a ello, la Generalitat aprobó una deducción el año pasado que compensa a todo aquel que se vea obligado a hacer la declaración cuando, de tener un solo pagador, no tendría por qué hacerlo. No solo beneficia a trabajadores en ERTE, sino a todo aquel que acabara teniendo dos pagadores. «Ninguna otra comunidad ha aprobado una deducción parecida», lamenta el secretario general del Reaf, Luis del Amo.
En todo caso, la Agencia Tributaria publicó ayer una guía en la que reconoce que los afectados por errores del SEPE en los ERTE deberán recurrir al Fisco para evitar tributar de más por las cantidades cobradas de forma indebida. Porque la campaña que arrancará el próximo 7 de abril será la de los ERTE, relativa a un año en el que 3,5 millones de contribuyentes llegaron a estar bajo su paraguas.
Unos 327.000 contribuyentes afectados por ERTE han pasado a estar obligados a declarar al pasar a tener dos pagadores. La Agencia Tributaria va a realizar un envío de cartas informativas a aquellos que no presentaran declaración en la campaña de Renta anterior y reforzará la asistencia personalizada para facilitar la presentación de la declaración y la resolución de dudas a los que lo necesiten. Aquellos trabajadores en ERTE que deban hacer la declaración de la Renta tendrán que tributar ahora por unas cantidades que el año pasado no sufrieron retención de IRPF. Hacienda pone de ejemplo un sueldo de 21.000 euros que en 2020 recibiera 16.000 de su empresa y 5.000 del SEPE al estar en un ERTE. Este trabajador debe ingresar a la Agencia Tributaria ahora 1.645,27 euros. De esta forma, sumando las retenciones que se le practicaron en su sueldo, habrá pagado 2.504,47 euros en IRPF, una cantidad similar a los 2.578,8 euros que habría pagado en 2019 antes de haber estado en ERTE solo a base de retenciones. Sin embargo, en las seis anteriores comunidades autónomas, la cuota a pagar puede ser superior a lo que hubiera tributado este mismo empleado sin haber presentado su declaración en el pasado.
Publicó una guía en la que reconoce que los errores del SEPE en los ERTE deberán recurrir al Fisco