Austria exige una corrección en el reparto de las dosis
Bruselas responde que algunos países encargaron menos dosis de las necesarias
tan corto plazo cause confusión y lo lamento profundamente, pido perdón a todos los ciudadanos», afirmó, inmediatamente antes de acudir ante el pleno del Parlamento nacional (Bundestag) para responder allí a las preguntas de la oposición. Se negó, sin embargo, a plantear una moción de confianza sobre la gestión de la pandemia y escuchó quejas por la toma de decisiones ajena a los debates parlamentarios.
Aluvión de críticas
El «tiempo de calma» anunciado para Semana Santa había recibido numerosas críticas en horas anteriores. El hecho de que los alemanes no pudiesen comprar absolutamente nada desde la noche del miércoles a la mañana del domingo hacía prever aglomeraciones y colas en los próximos días, fundamentalmente en los supermercados, que llevarían a su vez a indeseadas concentraciones e incluso situaciones de desabastecimiento de productos. La cadena de supermercados Aldi había hecho ya un primer llamamiento a los consumidores para que «mantengan un nivel razonable de existencias».
El Gobierno alemán mantiene, en cambio, la petición a las iglesias de una Semana Santa virtual y el resto de restricciones, que incluyen el cierre de hostelería, ocio, cultura, deporte y turismo vigente desde diciembre. Berlín está estudiando, además, la posibilidad de prohibir los viajes turísticos a destinos muy populares, entre los que se encontraría la isla de Mallorca.
En la UE, las vacunas no se distribuyen según la proporción de la población, sino según la cantidad solicitada. Desde el punto de vista del canciller austriaco, Sebastian Kurz, se trata de un gran error que hay que corregir de inmediato. Así lo ha transmitido ya a los gobiernos de varios socios europeos, aunque el rechazo de Berlín a la modificación supone por ahora un bloqueo insalvable. En la reunión del Consejo Europeo de hoy, Kurz insistirá y denunciará «que la brecha dentro de la Unión Europea en términos de vacunación de la ciudadanía sigue aumentando». Sin citarlos, se refiere a avances como el de Dinamarca, que prevé haber vacunado a las personas mayores de 50 años a finales de mayo.
Fuentes diplomáticas europeas se refirieron a la situación de Austria con palabras poco favorables a su jefe de Gobierno: «Hay países que han decidido pedir solamente vacunas de AstraZeneca y ahora se encuentran en graves dificultades. En vez de estar atacando a la UE, el canciller Kurtz podría sencillamente reconocer que se ha equivocado», porque, además, «su posición no favorece la empatía de los demás gobiernos».
En una entrevista publicada por el periódico ‘Die Welt’ en Alemania, Kurtz afirmaba que «los ciudadanos de Europa esperan con razón que encontremos una solución a la distribución de vacunas, porque la solidaridad dentro de la UE está en juego» y que Bulgaria, Croacia, Letonia, Eslovenia y República Checa también se han sumado a su denuncia, aunque desde Bruselas se responde, según fuentes diplomáticas de otros países, que «el problema es que muchos países encargaron menos dosis de las que necesitan».
Alemania, en todo caso, está en contra de reformar la distribución de vacunas en la UE, como dejó claro el secretario de Estado de Europa, el socialdemócrata Michael Roth, que también explicó que Austria y otros países han optado por no pedir todo el contingente de vacunas al que tenían derecho en función de su población, por lo que esas cantidades de vacunas no capitalizadas se ofrecieron a otros países de la UE, de manera que los que solicitaron dosis adicionales pudieron recibirlas.
Decepción con la UE
Desde mediados de marzo, seis países de la UE están solicitando un «mecanismo de corrección» porque se sienten en desventaja en la asignación de vacunas. La presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen, ha sugerido utilizar diez millones de dosis adicionales de la vacuna de BioNtechPfizer para el segundo trimestre como compensación. Roth se niega, por parte de Alemania, a hacer tales correcciones y la decepción austriaca ha llevado al gobierno de Kurz a «dejar de depender en el futuro de la Unión Europea» en este ámbito. Austria ya trabaja en un proyecto de cooperación con Israel para la producción de fármacos para nuevas mutaciones del coronavirus, anunció el canciller.