Crioterapia, el gorro que evita la caída del pelo en la quimio
El tratamiento sólo se aplica en Quirónsalud Infanta Luisa para enfermos de cáncer
Uno de los efectos secundarios de la quimioterapia es la caída del pelo. Es algo que suele ocurrir a las dos semanas de la primera sesión y que se constituye en una de las cuestiones más temidas por los pacientes de cáncer que, a las inquietudes normales que supone el padecimiento de la enfermedad, deben unir ese efecto. Sin embargo, ya existe la opción de que el cabello no se caiga con un método que en Sevilla sólo se aplica en un hospital privado, el Quirónsalud Infanta Luisa.
Se trata de la denominada crioterapia capilar que consiste en una máquina de frío que va conectada a unos cables y a un gorro que deben ponerse los pacientes y que, al entrar en contacto con la cabeza, evita la caída del pelo. El enfermo debe ponerse el citado gorro durante la sesión de quimioterapia y mantenerlo puesto un rato más cuando ya ha terminado de recibir la medicación.
Según explican desde el hospital, sobre todo se está usando con las pacientes que sufren cáncer de mama, aunque podría extenderse a otras dolencias. De hecho, en Madrid se usa también durante el tratamiento de otras tipologías de esta enfermedad.
Se trata, en cualquier caso, de un tratamiento privado que no incluyen las compañías aseguradoras y que, por tanto, los pacientes deben pagar de su bolsillo. Es una maquina costosa de una empresa externa al hospital que les proporciona ese servicio. «Consideramos que es un valor añadido para ofrecerlo a los pacientes», explican desde el hospital recordando que la caída del pelo es una secuela que más sufren los pacientes de cáncer.
En cualquier caso, es un tratamiento costoso ya que debe aplicarse con cada sesión y puede costar unos 150 euros cada vez. Eso supone que si el paciente tiene varias sesiones, la cuenta puede subir, aunque, al parecer, los precios se ajustan en función del número de veces que sea necesario e incluso se hace pago fraccionado. Algunos añaden que puede compensar si se tiene en cuenta que el precio de las pelucas (sobre todo las de pelo natural) es elevado.
En cuanto a su eficacia, según dicen, ronda el 85 por ciento de éxito. Es un tratamiento que, según recalcan, requiere una temperatura muy baja, debe estar a -7 grados, lo que implica que el paciente apenas lo nota. Si acaso, un poco de frío por la baja temperatura del gorro. En cualquier caso, tanto los médicos como los enfermeros le ven muchas ventajas a este novedoso tratamiento. José Manuel Muñoz, enfermero en el Quirón Infanta Luisa, es el encargado de poner el «gorro del frío» y en los últimos tres meses se lo ha aplicado a una veintena de pacientes, la mayoría mujeres. «Como es una técnica novedosa, la gente desconfía al principio», admite.
Por su experiencia profesional sabe que a los enfermos de cáncer la caída del pelo es algo que le preocupa mucho más que otros efectos secundarios. Por eso explica que la mayoría se alegra de habérselo puesto. «Al principio dudan pero cuando ven que no se le cae el pelo y que funciona se van animando», dice.
Satisfechas
Pedro Valero, oncólogo jefe de servicio de Quirónsalud Infanta Luisa, admite que conservar el pelo para las pacientes de cáncer es «algo muy importante» y destaca el alto porcentaje de eficacia de este método, sobre todo en el cáncer de mama. «Las pacientes se muestran satisfechas porque no necesitan peluca», admite el médico que, en cualquier caso, recalca que no es recomendable en todos los tipos de cáncer ya que hay algunos más agresivos que pueden afectar al cuero cabelludo.
En cualquier caso, muchos coinciden en que la sanidad pública debería plantearse incluir un tratamiento similar como se hace en otras comunidades autónomas. Porque, las compañías privadas no cubren estos tratamientos que deben ser abonados por los pacientes y que implican un gasto importante que no todos los enfermos pueden pagar. Y también que, al tratarse de una máquina grande, requiere una sala de mayor espacio, algo de lo que no disponen todos los centros médicos.
En los últimos tiempos el hospital sevillano ha recibido llamadas de pacientes que habían sabido de la existencia del tratamiento por una conocida presentadora de televisión que se lo había dado.