TODO IRÁ BIEN
La derecha ha empezado a recomponerse y el Gobierno empieza a quedarse sin opciones
Casado se ha fundido a Ciudadanos en un año y medio y ahora le queda Vox. Pese a la buena campaña del exministro Illa, Cataluña fue el primer truco fallido de Iván Redondo. Luego vinieron Murcia, Madrid y Castilla y León. A Iván todo le sale bien hasta que le empieza a salir mal. Lo vimos con Monago. Lo vimos en el País Vasco. Lo vimos con mi querido Xavi García-Albiol. Es un ludópata de la política, y tras sus cuatro estrepitosos fracasos no sólo no bajará el perfil sino que doblará la apuesta. Si su cliente le sigue profesando confianza ciega, el próximo desastre puede ser el último. La oposición es siempre pantanosa, y más si enfrente tienes como Pablo a un gobierno de piratas, pero la derecha ha empezado a recomponerse y el Gobierno empieza a quedarse sin opciones. El bochornoso espectáculo de anteayer de la ministra Celaá, insultando a un diputado del Partido Popular que acababa de explicar cómo la educación especial había beneficiado a su hija con síndrome de Down, no fue una crisis para hacer caer a un presidente, pero revela el cansancio que lleva cometer los errores más crueles e innecesarios.
Sánchez ha entrado en su tiempo de descuento. De un lado, la próxima temeridad de Redondo puede acabar con él por la vía rápida. Del otro, la profunda crisis económica, las condiciones que va a poner Europa para prestarnos el dinero, y una Esquerra que se hartó de los constantes incumplimentos, y que va a encarecer el precio de su apoyo, complican los ya de por sí frágiles equilibrios que sostienen al Gobierno. De fondo, el ridículo que está a punto de hacer el camarada Iglesias, que quedará de quinta fuerza en la Comunidad, si es que llega a obtener su escaño.
Casado asume como propia la victoria de Ayuso. La presidenta y el alcalde Almeida son sus amigos, los principales aliados de su liderazgo nacional y no olvidan que se jugó el tipo, dentro y fuera del partido, para ponerlos al frente de sus respectivas candidaturas.
A Pablo le queda, es cierto, decidir qué hace con Vox. En Madrid, que es donde pasa todo lo importante, empezará la España que ha entendido que sólo hay una manera de librarse de la siniestra banda de incapaces que nos manda.