El alcalde de Palma paraliza la retirada de las calles «franquistas»
Pide al Gobierno balear que revise su polémico censo, con errores de bulto
Cinco días después de intensa polémica y desgaste político, el alcalde de Palma, el socialista José Hila, se ha visto forzado a paralizar el cambio de nombres de 12 calles «franquistas» y pedirá una revisión «urgente y extraordinaria» del censo, tras evidenciarse errores históricos de bulto que han indignado a expertos e historiadores.
Hila toma la decisión tras reconocer que los cambios de varias de las calles afectadas suscitan dudas. En concreto, se refirió a las calles de los almirantes Churruca, Gravina y Cervera –que los operarios ya habían quitado, junto con la de Joan March, Alfambra y Brunete–, además de la calle Toledo y la de Gabriel Rabassa.
Nuevo informe
Estos cambios se mantendrán, aunque se revisarán juntamente con las seis restantes –Castillo Olite, plaza del Bisbe Planas y las calles Toledo, José de Oleza, Gabriel Rabassa y Canonge Antoni Sancho–, a la espera de un nuevo informe que decidirá si hay simbología franquista.
Hila ha remitido un escrito a la Secretaría Autonómica de Memoria Democrática, dependiente del Govern balear de Francina Armengol, solicitando que la Comisión Técnica de Memoria y Reconocimiento Democráticos revise todos los elementos de Palma incluidos en el censo de símbolos, leyendas y menciones franquistas.
Según este censo, las calles de los tres almirantes son «franquistas», a pesar de que dos de ellos murieron más de un siglo antes de la sublevación de 1936 y el tercero, cuando Franco apenas era un niño. En él se argumenta, además, que no se refieren a los marinos sino a los buques de guerra, en contra del archivo del Ayuntamiento de Palma, que dice explícitamente que se rotularon en honor a los almirantes.
Estos sonrojantes errores han indignado a expertos, historiadores y entidades civiles, que llevan días pidiendo una rectificación. Como desveló ABC, el censo fue encargado por la Consejería de Cultura en 2018 a Bartomeu Garí, un doctor novel que actualmente es concejal del mismo partido independentista en el municipio mallorquín de Porreres y éste lo delegó en Marçal Isern, un experto sin titulación y sin trayectoria profesional, que cobró 15.000 euros por hacerlo. Tras el renuncio, el autor del censo reconoció que el motivo para suprimir estas calles fue que las rotuló «un ilegal ayuntamiento franquista», un argumento que desmiente al alcalde Hila y a su propio censo.
«Mandato legal»
El primer edil, tildado de idiota por el escritor Arturo Pérez Reverte a raíz de este asunto, ha insistido en que este documento obliga al Ayuntamiento a modificar las calles afectadas y que no es optativo sino «un mandato legal». Reconoce que en su momento no se presentaron alegaciones y por eso se aprobó, pero ahora existen «dudas razonables» que él mismo tiene. «Cuando tenemos dudas sobre un tema es importante rectificar», dice el primer edil, que reconoce que la administración «no es perfecta».
Si la revisión del censo confirma que los nombres «son correctos» –por vinculaciones al franquismo–, el Ayuntamiento proseguirá con los cambios. Si hay un cambio de criterio, Cort revertirá las modificaciones y volverá a colocar placas con los nombres anteriores. El alcalde explicó que en cualquiera de los dos casos el Ayuntamiento estaría obligado por ley. Ahora bien, el Govern balear no desvela quiénes serán los encargados de este nuevo estudio.
La elaboración de la lista de vías ‘sospechosas’ se encargó a un ‘experto’ sin titulación por 15.000 euros