Acoso textual de Gertrudis Gómez de Avellaneda
Gertrudis Gómez de Avellaneda fue una escritora cubana que se enamoró en vano de un sevillano que no supo o no quiso entregarse a ella. Sus restos reposan en el cementerio de San Fernando y todavía nos perfuman de fruta de la pasión
Una de las personalidades literarias más fascinantes del Romanticismo hispanoamericano fue la poeta y narradora cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873), autora de (1841), la primera novela antiesclavista del siglo XIX, que se adelantó en más de diez años a la célebre y lacrimógena
(1852) de la norteamericana Harriet Beecher Stowe, una novelista menor comparada con Jane Austen o Emily Brontë, pero a quienes traigo a colación porque sólo entre (1813) de Austen y
(1847) de Brontë, Gertrudis Gómez de Avellaneda publicó en Madrid cinco novelas. A saber, Sab (1841), Dos mujeres (1843), Espatolino (1844), Egilona (1845) y Guatimozín, último emperador de México
JUAN SIERRA
El Paseo y Cicus Sevilla, 2019
En vísperas de la Semana Santa, no encuentro mejor lectura que recomendar, que la obra completa del poeta Juan Sierra, primorosamente reunida por El Paseo y el Cicus en una edición preparada por José María Rondón, quien firma además un espléndido estudio preliminar. Debo ser uno de los pocos afortunados que atesora un ejemplar de la rarísima edición de
(1984), publicada por el
Distrito de Triana y rescatada en este libro que ningún enamorado de los temas sevillanos debería dejar de leer para reafirmarse en su amor, pues las prosas de Juan Sierra hechizan, fascinan y deslumbran. El poeta Vicente Tortajada me urgió a conseguir
y entre sus páginas descubrí una Semana Santa inédita y secreta que hasta entonces había pasado desapercibida para mí. Por otro lado, esta imprescindible ha rescatado los artículos y columna de prensa de Juan Sierra, para disfrutar así de su mirada como lector de novedades literarias, como acuarelista de la ciudad o como poeta que trasmina a través de la belleza. Las ediciones de la poesía de Juan Sierra llevaban desaparecidas muchos años, sus artículos de prensa jamás habían sido reunidos y era más una leyenda urbana, pero gracias a El Paseo y el Cicus el poeta Juan Sierra ha regresado y no encuentro lectura y regalo mejor que este libro que cada año florece en mi biblioteca.