ABC (Sevilla)

El PP apunta a la línea de flotación del PSOE para hundirlo el 4-M

Génova afronta las elecciones autonómica­s de Madrid en clave nacional: confía en que una victoria clara de Ayuso impulse a Casado por delante de Sánchez, pero sabe que un fracaso también lo arrastrarí­a

- MARIANO CALLEJA MADRID

Tocado, pero no hundido. Así ven estos días en las filas populares a Pedro Sánchez, descolocad­o por su fracaso estrepitos­o en la ‘operación mociones de censura’ y por un escenario político que, de la noche a la mañana, se le ha puesto en contra. Esta semana, los diputados del PP se encontraro­n de frente con un presidente del Gobierno especialme­nte nervioso en el Congreso. «Le ha salido el tiro por la culata», sentenció Casado. En el principal partido de la oposición creen que estas últimas semanas se ha producido un punto de inflexión, con un pulso que lo han ganado ellos, pero saben que la batalla definitiva se producirá el 4 de mayo en las elecciones autonómica­s de Madrid: Sánchez y Casado se la juegan, solo uno saldrá reforzado y el otro, tocado y hundido.

El Partido Popular empezó el mes de marzo en uno de sus momentos más débiles desde que Pablo Casado fue elegido presidente nacional en las primarias del verano de 2018. Acababa de sufrir un fracaso estrepitos­o en las elecciones catalanas y las dudas sobre su proyecto empezaban a circular por sus filas. Fue el 10 de marzo cuando se puso en marcha la ‘operación mociones de censura’, que el PP atribuye a los despachos de La Moncloa en un intento por aniquilar al principal partido de la oposición, muy escaso de fuerzas en aquel instante. Fuentes populares creen que Sánchez, con Iván Redondo susurrando a su oído, pudo plantearse que una vez aprobados los Presupuest­os Generales del Estado, y con un PP desapareci­do del mapa, un adelanto electoral acabaría por consagrarl­e en el poder.

La realidad, sin embargo, se ha puesto en contra de Sánchez, que se ve obligado a actuar en un escenario que no era el previsto cuando empezó el año, con varios frentes abiertos en su contra: las elecciones en Madrid, con pronóstico desfavorab­le; el reto de Iglesias al salir de la coalición; uno de sus ministros mejor valorados, Salvador Illa, en la oposición del Parlamento catalán; un escándalo como el de Plus Ultra que va a más; y, sobre todo, una desbandada de Ciudadanos que alimenta la unidad del centro-derecha en torno al PP, lo que acabaría con una de sus bazas principale­s para ganar unas elecciones. En el PP sospechan que Redondo, «que está acostumbra­do a jugar con blancas y se mueve mal con las negras», puede estar preparando alguna jugada para devolver el golpe al PP y recuperar la iniciativa. Lo cierto es que incluso en el Congreso empiezan a verse fugas de agua, aún menores, eso sí, en el ‘buque’ del PSOE, con dos votaciones perdidas en comisión en apenas un par de semanas.

La operación fallida de las mociones de censura sirvió al PP para recuperar una fuerza insospecha­da unas semanas antes. «Nos han dado el aire que necesitába­mos y se ha dado la vuelta a una dinámica que era negativa», confiesan los populares. Su secretario general lo explicó así: «El PP ha propinado una sonora derrota a Sánchez. Que sea la primera vuelta de otra derrota más fuerte, la del 4 de mayo en Madrid». Ese será un momento crítico de la legislatur­a, el que puede inclinar la balanza de un lado o de otro.

El principio del fin

Los populares preparan esas elecciones como si fueran generales, consciente­s de que si se confirman los pronóstico­s demoscópic­os, y Ayuso logra un buen resultado que le permita gobernar en solitario, se e produciría «el principio del l fin de Sánchez». Teodoro García Egea admitió ayer r que «está en manos de los españoles hacerle una moción de censura a Pedro Sánchez el próximo 4 de mayo e n Madri d » .

Desde Génova se ha puesto todo el partido a disposició­n de Ayuso para consolidar el resultado que reflejan las encuestas, y que roza el 40 por ciento de los votos, según el último barómetro de GAD3. La mayoría absoluta se situaría entre el 47 y el 49 por ciento. El PP sabe que es muy difícil llegar a ese porcentaje de voto con un electorado que sigue fragmentad­o en el centro-derecha, pero lo intentará con un mensaje de ‘unidad’ dirigido a los electores que quieren poner fin al ‘sanchismo’.

Por ahora, después del pinchazo de Sánchez en Murcia y Castilla y León, pero sobre todo en Madrid, donde se preparaba otra moción de censura que quedó desactivad­a por la convocator­ia electoral, en Génova han constatado un cambio de tendencia a nivel nacional, que situaría ahora mismo al PP muy cerca del PSOE. El presidente de GAD3, Narciso Michavila, sostiene e

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