ABC (Sevilla)

Innecesari­o

- POR LUIS HERRERO

Algo peor de lo que pensábamos debe estar pasando en la política española para que la suerte de Toni Cantó se haya convertido en la pesquisa más publicitad­a de la semana. Soy un admirador de su trabajo, el artístico y el político, y no creo que el hecho de que haya militado en tres partidos distintos signifique que haya cambiado otras tantas veces de manera de pensar. No me parece que sus principios sean muy distintos a los de hace un par de meses, cuando Ciudadanos aún aspiraba a ser el partido hegemónico de la derecha en Cataluña, o a los de hace 10 años, cuando llegó al Congreso subido a la cresta de la ola de UPyD. Sus banderas ideológica­s parecen las mismas, sí. Pero muchos de sus juicios de valor, no. Rosa Díez, por ejemplo, pasó de ser buena a mala lideresa, lo mismo que Inés Arrimadas, según el flujo de las mareas de su propio bienestar político. A las dos las defendió, mientras lidiaban en el tendido de los cuernos de la luna, y a las dos las abandonó cuando la luna empezó a parecerse a la de Valencia. Con Pablo Casado pasó todo lo contrario. Primero dijo de él que era «una muestra del PP rancio de toda la vida» que «nunca ha dicho nada en las peores épocas de la corrupción» y luego lo eligió como jefe de partido para dar la batalla contra la izquierda.

Los españoles estamos acostumbra­dos a ver a los políticos haciendo todo lo que pueden por sobrevivir. Pero eso no significa que nos guste. De hecho, pocas cosas nos han gustado menos que las que han hecho muchos de ellos durante los idus de marzo. En el gatillazo de Murcia casi todos han quedado como la chata. Sánchez ha zancadille­ado con mociones de censura a gobiernos autonómico­s en mitad de una pandemia.

Arrimadas se ha convertido en cómplice suicida de su principal adversario. Los (ex) diputados de Ciudadanos han renegado de su firma dos días después de haberla estampado en un documento parlamenta­rio. Los dirigentes del PP han incentivan­do el transfugui­smo de éstos últimos con prebendas remunerada­s y Pablo Iglesias ha irrumpido en la campaña de Madrid con las llaves de la cárcel entre los dientes. Suma y sigue. La clase política ha vuelto a demostrar de qué pasta está hecha.

En medio de esta merienda de egos, ¿era necesario convertir en un dechado de excelencia al máximo exponente del vivaqueo político que tenemos en España? La trayectori­a de Toni Cantó, ora en un partido, ora en otro, defensor primero y detractor después de liderazgos sucesivos, ¿merece convertirs­e en el gran reclamo electoral del PP?

Entiendo que Díaz Ayuso torciera el gesto cuando los mensajeros de Génova le llevaron su nombre escondido en un sobre. Llevaba dos años tratando de quitarse de encima la compañía incómoda de Ciudadanos y cuando estaba a punto de conseguirl­o tiene que convertir a uno de sus grandes referentes –el más popular de todos, probableme­nte– en el fichaje estrella de su segundo mandato. Dos años después de haber conquistad­o el primero ya no es la candidata inexperta que llegó al póster electoral como cuarta opción de Pablo Casado. Ahora es uno de los valores más firmes de su partido, capaz por ella misma, según las encuestas, de absorber casi todos los votos que cosechó Rivera en las últimas elecciones y de frenar el ascenso de Vox. ¿Qué falta le hacía Cantó? Su llegada solo puede alterar el equilibrio funcional de su equipo. Un actor necesita que le busque la luz del cañón para sentirse a gusto. ¿Se conformará con un papel secundario después del 4 de mayo? Génova no ha negociado su incorporac­ión a la lista de Madrid pensando en Ayuso, sino en el líder del partido. Era una especie de prueba de convicción de su viaje al centro.

Casado cree que captando a todos los disidentes de Arrimadas ensanchará su base electoral. Yo no estoy tan seguro. Pincho de tortilla y caña a que muchos de los que voten al PP en Madrid cambiarán de apuesta en las generales. Las urnas no miden el glamour, sino la confianza.

«Un actor necesita que le busque la luz del cañón para sentirse a gusto»

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain