¿Es un cheque la solución?
entre grupos raciales. En 2016, el patrimonio medio de una familia negra era de 17.600 dólares, frente a los 171.000 de una familia blanca. Esa brecha de riqueza no desaparece para quienes cursan estudios universitarios: los graduados blancos tienen un patrimonio siete veces mayor al de los graduados negros.
Pagos o inversiones
Donde hay todavía más diferencias es en cómo se sustanciarían las indemnizaciones, quiénes tendrían derecho a ellas, cómo se demostraría la ascendencia familiar con esclavos o discriminados por ley, serían pagos en metálico o inversiones en las comunidades… Como escribió el sociólogo W.E.B Du Bois, EE.UU. «se levantó sobre un gemido» y la complicación no está tanto en reconocerlo como en encontrar una forma de compensarlo.
La muerte de George Floyd a manos de un policía blanco en Mineápolis el año pasado desató las protestas en todo el país contra el racismo y la exigencia de reparaciones (arriba en Portland). Sobre estas líneas, agentes de Coral Gables muestran su respeto por George Floyd
En la última década, el debate sobre las indemnizaciones lo agitó Ta-Nehisi Coates, uno de los intelectuales negros contemporáneos de mayor prestigio. Expuso su necesidad en un amplio artículo en la revista ‘The Atlantic’ en 2014. Entre otras cosas, proponía un paquete económico de miles de millones de dólares que duraría una o dos décadas. En la misma revista, un intelectual conservador, David Frum, defendió «la imposibilidad de las reparaciones» con todos los problemas prácticos de llevarlo a cabo, y no solo por su cuantía. Tendría que ampliarse a otros colectivos abusados y discriminados -nativos americanos e hispanos, por ejemplo-, provocaría un dolor de cabeza determinar quién recibe compensación –¿es lo mismo un descendiente de esclavos que un inmigrante de África?, ¿alguien que desciende en un 5% de esclavos frente a alguien que lo es en un 80%?–, acabaría en mayor distorsión económica y desigualdad. La idea de la indemnización es, además, muy impopular. Solo el 29% –y solo el 15% de los blancos– de los estadounidenses la ve con buenos ojos. Tras la muerte de Floyd, las reparaciones volvieron a aparecer en el debate político. El presidente de EE.UU., Joe Biden, ha defendido que está a favor de estudiar maneras de hacerlo y hay una comisión de la Cámara de Representantes dedicada a ello. El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, siempre se ha mostrado contrario a la idea y ha defendido que ninguno de nosotros hoy en día «somos responsables» de los abusos del pasado, como la esclavitud. Coates cree que el problema para EE.UU. es que «la idea de las indemnizaciones da miedo no porque simplemente no seamos capaces de pagar. La idea de la reparación amenaza algo mucho más profundo: la herencia de EE.UU., su historia y su posición en el mundo».