Antonio Banderas pone banda sonora a la lucha de la cultura contra la pandemia
Hace meses que la pandemia viene poniendo piedras en el camino a la cultura. El confinamiento, los aforos, la falta de ayudas y, por qué no, también el miedo del público, han asfixiado a un sector que no encontraría la luz si no fuera por la valentía de quienes lo integran. Si alguien es paradigma de la pasión por el arte y la cultura ese es Antonio Banderas, al que aún le está por reconocer su contribución a la proyección internacional de España y su Málaga natal. El actor entrega hoy el enésimo regalo a su ciudad con el estreno de una orquesta sinfónica propia para su todavía reluciente Teatro del Soho CaixaBank.
«Cuando dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida», decía su paisano Pablo Picasso. Y parece que Banderas ha hecho suyo el lema, porque no hay ocasión en la que renuncie a dejar claro, con hechos, que aún tiene mucho por decir. Apenas ha pasado un año desde que abriera al mundo con el musical ‘A Chorus Line’ las puertas de su teatro. Un proyecto íntimo que Málaga aún estaría esperando si no fuera porque el actor se alejó, sagazmente, de las trabas de la política, que siempre lo embarra todo.
En un Domingo de Ramos cualquiera se escondería de las miradas curiosas bajo un capillo verde oliva guiando a su Virgen de Lágrimas y Favores. Este año no hay procesiones, y en su lugar es él quien hace el favor premiando a la escena cultural de Málaga de una sinfónica que se estrena, precisamente, con sones cofrades.
ABC se coló el pasado viernes en los ensayos previos al debut, que tendrá lugar este mediodía. Una treintena de músicos sobre el escenario afinaban instrumentos y anotaban en sus partituras las indicaciones de su maestro, Arturo Díez Boscovich, a quien Banderas ha confiado la dirección musical. Entre notas y acordes el actor deambulaba sin perder detalle por un patio de butacas que hoy y el Jueves y Viernes Santo tornará en una calle cualquiera de Málaga con olores a cera e incienso.
«Es posible que seamos la primera orquesta que debuta con música de Semana Santa», cuenta el maestro a este periódico minutos antes de hacer vibrar la sala con el resonar de platillos, trompetas y tambores. La Sinfónica Pop del Soho se presenta con un repertorio de marchas cofrades y música clásica que acompañarán a una proyección de imágenes inéditas de la Semana Santa malagueña. De Wagner a Perfecto Artola. Del blanco y negro de antaño a la expresión colorista que es hoy el discurrir de las cofradías por las calles de la capital de la Costa del Sol.
No había más que ver a Banderas contemplando su nueva orquesta para confirmar lo que ya dijo el pasado jueves en la rueda de prensa de presentación: que no entiende la Semana Santa sin música. Sonaba ‘Jesús Cautivo’ y el actor, como maestro sin batuta, no podía reprimir los aspavientos en el clímax de esta marcha al Señor de Málaga, que es patrimonio de todos. La mascarilla escondía su sonrisa, pero la emoción era evidente. En sus ojos y en los de todos los presentes, absortos por la solemnidad de una marcha que eriza los bellos del más templado.
Este homenaje a los cofrades tras dos años sin imágenes en la calle es la antesala de un futuro «sin barreras» para la formación, cuyos integrantes serán el corazón sonoro de los musicales que acoja el teatro en adelante. «Hablamos de entre 20 y 25 músicos que intervendrán en cada musical, además de en los conciertos que Antonio quiere hacer, con ciclos muy concretos dedicados a figuras como Gershwin o Cole Porter», explica Díez Boscovich. Cuenta, además, con una reserva de músicos que se sumarán al programa propio que tendrá la orquesta en el calendario del teatro.
La Sinfónica es una apuesta más de cuantas ha hecho el actor por diversificar su proyecto. «Es el jefe que cualquier artista sueña tener», asegura el compositor, por su entusiasmo y por abogar permanentemente por la música en directo. «Siempre dice que mientras él esté vivo no sonará música grabada en este teatro».