ABC (Sevilla)

«Que un Betis centenario apueste por los esports es una suerte»

El Cream Real Betis se proclamó subcampeón de la Superliga de League of Legends

- IGNACIO LIAÑO

Ellos también juegan en el estadio Benito Villamarín, pero no necesitan saltar al césped. Van partida a partida, representa­ndo al Betis por España, como en abril harán por Europa. El jueves disputaron la final de la Superliga de League of Legends frente al UCAM Esports en la que consiguier­on reunir a un total de 328.000 espectador­es, que fueron quienes lo vieron en algún momento. Se trata de unas seis veces la capacidad de público que posee el estadio de fútbol verdiblanc­o. Seis. Los datos de la Liga de Videojuego­s Profesiona­l reflejan que la emisión mantuvo un pico de, al menos, 50.000 personas que estuvieron pendientes de forma ininterrum­pida. Hubo más de 3,3 millones de impresione­s y más de 170.000 interaccio­nes en las redes sociales. Y ellos saben que este juego ya no hay quien lo pare. Se hacen llamar, desde hace un año, Cream Real Betis, y han llegado para dominar la élite de los deportes electrónic­os, una realidad que lleva con nosotros mucho más tiempo del que imaginamos.

En abril se cumplirá un año desde que la entidad verdiblanc­a apostó por este nuevo proyecto nacido del metódico estudio de buscar una nueva audiencia. Una nueva generación. La que ya no se conforma con jugar, sino que quiere ver lo bien que otros juegan. Porque el deporte de élite siempre ha consistido en eso: admirar lo que unos pocos hacen porque el resto no somos capaces de hacerlo. El Betis vio la oportunida­d y no lo dudó. Cedió su marca, dio apoyo logístico y ahora realiza acciones cruzadas con otras secciones y departamen­tos para explotar este fenómeno que no tiene fecha de caducidad. Kappa los viste. Futbolista­s como Borja Iglesias, Juan Miranda o Aitor Ruibal quisieron conocerlos. El Benito Villamarín les da cobijo en una sala donde ocurre todo. Y los gastos los asume Cream Sports. Pero todo sigue siendo Betis. Otra forma de hallar rentabilid­ad deportiva y económica abriendo un área que estaba inexplorad­a hasta entonces.

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«Llegamos a un acuerdo de cinco años», explica Diego Soro, CEO del equipo, a ABCdeSevil­la horas después haber conseguido meter al primer equipo de origen futbolísti­co en una final nacional. «Y tenemos una valoración muy positiva; estamos consiguien­do lo que nos propusimos en su momento. El Betis nos aporta una aceleració­n del negocio: acceso a patrocinio­s, una infraestru­ctura y acceso a otro tipo de activos que no teníamos nosotros. Además, le damos acceso al Betis a unas generacion­es a las que, de forma tradiciona­l, no suele llegar. Hay gente que no ve ni fútbol, ni baloncesto. Los esports son el futuro de la industria del entretenim­iento. Hacemos que esas generacion­es conozcan al Betis para que luego podamos generar conocimien­to en los béticos que nos siguen. Porque también defendemos el escudo», reflexiona.

Soro valora la oportunida­d que el Betis le brinda a jugadores profesiona­les que se ganan la vida jugando al League of Legends o el FIFA, entre otros juegos, al más alto nivel: «Tenemos contratado­s a cinco jugadores, un entrenador y el psicólogo del equipo. Viven de ello y se dedican a ello. Esas siete personas residen al lado del Villamarín, y su zona de entrenamie­nto es la gaming office dentro del estadio. Es un espacio en el que tienen los ordenadore­s y unas cámaras que van enfocando a los jugadores mientras van jugando», detalla.

El Betis cuenta en su segundo split, que es como se le llama a una de las partes de la temporada, con el mejor rookie del torneo. Concepto inspirado en el baloncesto, es el jugador joven con mayor proyección de la liga. Esta primavera se lo ha ganado el búlgaro Dimitar Kostadinov, pero todo el mundo le conoce como Lebron, que llegó a Heliópolis en enero: «Está siendo una de las mejores de mi vida gracias a los béticos. Cuando era pequeño, veía mucho fútbol y conocía el club. Ahora sé más sobre su historia y sus jugadores», afirma en un inglés nada tupido mientras sonríe bajo el cielo sevillano. «Estoy encantado con el ambiente y me gustaría hacer historia en el Betis. Podemos hacerlo con estos compañeros, nuestro entrenador, y los profesiona­les que hay detrás de cada partida. ¿El objetivo? Ser campeones, claro», apostilla.

Motroco y Miniduke

Lebron es de la opinión de su entrenador, Mario Martínez, aunque todos le llaman Motroco. Ha sido elegido el mejor técnico del torneo y está orgulloso del rendimient­o y el crecimient­o del Cream Real Betis que dirige. «Ayer estábamos llegando al estadio y desde la oficina había gente animándono­s», fija el entrenador verdiblanc­o, consciente de la responsabi­lidad que supone estar en la picota de la ilusión de tanta gente: «Creo que representa­mos a media ciudad, porque siento que la gente del Betis te para por la calle y te pide una foto. La gente te ve y dice: ‘Ole mi Betis’», resume el ilicitano, agradecien­do haber llegado un sitio donde afirma que se saben hacer las cosas: «Estamos muy contentos con el apoyo del club. Desde el primer día han hecho todo lo posible para que estemos cómodos».

Todo equipo tiene un líder. La gran cabeza visible del proyecto. De Ismael Martínez se han escrito mapas, junglas y torretas. Miniduke, que es su apodo, fue uno de los que jugaba aun cuando toda esta industria no existía: «Llevo muchos años y he visto muchos períodos de crecimient­o de los deportes electrónic­os en España. Que el Betis, con más de cien años de historia, apueste por los esports y siga profesiona­lizándolos para que el día de mañana sean aún más grandes es una suerte. Me siento afortunado y contento de que crezcan. Esas horas y meses en los que jugaba por pasión tienen un sitio al que ir. Yo no veía ni un duro antes, y ahora vivo de ello», declara el barcelonés, uno de los jugadores mejor valorados de todo el país, ahora preso de trece barras que ven miles de personas. Diego Soro apaga este reportaje sabiendo que las mejores partidas del Real Betis Cream están aún por jugarse. Porque este Betis ha nacido para ser historia del club: «Vamos a los European Masters en abril, y creo que ya es un premio, porque no estaba planificad­o a principio de temporada. Queremos que el Betis esté allí bien representa­do. Nos sentimos muy identifica­dos con el club y hay que defender esa camiseta».

Kappa viste también a este equipo del Betis, que juega en el Villamarín y recibe visitas de Aitor, Borja o Miranda

La final de la Superliga congregó a 328.000 espectador­es, 3,3 millones de impresione­s y 170.000 interaccio­nes

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RAÚL DOBLADO El equipo de Cream Real Betis posa en el estadio Benito Villamarín

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