La hemeroteca siempre vuelve
denominado el actual presidente del Gobierno, me viene a la memoria histórica una placa conmemorativa en honor del que, posiblemente, sea el primer ministro más preparado de nuestra historia contemporánea, Antonio Cánovas del Castillo. Se la dedicaron unos españoles residentes en Argentina y dice así: «A la virtud, al talento, al saber y a la personificación del patriotismo español». Efectivamente, en época de decadencia y decrepitud moral, donde la bajeza y la falta de escrúpulos hacen dueños del poder, los valores que se citan representan, sin género de duda, el ideal del presidente por excelencia, que se gana su puesto a fuer de méritos y capacidad, y no solo por un puñado de votos, propios y prestados, de un grupo de perdedores y marcas que odian a este país. A don
Antonio, líder del liberalismo conservador, vilmente asesinado.
La hemeroteca siempre vuelve, y en el caso de Pablo Iglesias, para mal. En 2012 el entonces solo líder de Podemos salía criticó el patrimonio de los ministros de Rajoy. Ahora, nueve años después, el todavía vicepresidente ha olvidado sus críticas y su patrimonio confirma que se convierte en lo mismo que antes criticaba, un millonario y con protección especial. Hace dos días el Gobierno publicaba la declaración de bienes de los altos cargos y reflejaba el patrimonio del que dispone el vicepresidente, que se ha multiplicado desde su llegada a la política. Si bien hace seis años Iglesias confirmaba tener 45.000 euros en su cuenta corriente ahora, ahora acumula un caudal de 540. 880 euros que, unido al de la ministra de Igualdad nombrada dedo, Irene Montero, arroja un patrimonio que ronda los 1,1 millones de euros entre ambos. En 2012, Iglesias censuraba que gobernaran «los ricos». Se confesaba indignado y decía que un político con tanto patrimonio no podía gobernar.
ARTURO FERNÁNDEZ RUBIO