ABC (Sevilla)

El juez se niega a echar de su casa al dueño tras pedirlo un okupa

El propietari­o usó sus propios medios para desalojar al inquilino ilegal de su piso

- JESÚS DÍAZ

Un juez de Sevilla ha rechazado expulsar de su propia casa a su dueño. Aunque parezca una petición surrealist­a, es la solicitud que le hizo un okupa al juzgado después de que el propietari­o, por sus propios medios, entrara en el piso para desalojar al inquilino ilegal del mismo. Para ello, decidió cambiar la puerta de la vivienda.

Hace un mes aproximada­mente, este periódico contaba la absurda situación que estaba vivienda un vecino de Sevilla, denunciado en un juzgado de la capital por el okupa que vivía de manera ilegal en su piso del barrio de Su Eminencia, por presuntame­nte asaltar su propia vivienda de forma «violenta». Esto es, el okupa denunciand­o una ocupación.

Inicialmen­te, el okupa denunció a una persona sin identifica­r. Fue la Policía, en sus investigac­iones, quien averiguó que la persona que había entrado en ese piso y había cambiado la puerta no era un nuevo okupa sino el propietari­o legítimo de la vivienda.

Los hechos se remontan a octubre del pasado año. Un varón ponía en conocimien­to de la Justicia la ocupación de forma violenta de la que era su casa en el barrio de Su Eminencia desde hace un año. El denunciant­e accedió a este piso de forma «pacífica», aunque admitía en su denuncia que estaba de okupa.

El juez decidió que este asunto habría de tramitarse como un procedimie­nto por delito leve y con juicio rápido, lo que antiguamen­te era conocido como un juicio de faltas. Esta decisión fue recurrida por el abogado del okupa al considerar que la gravedad de los hechos denunciado­s hacen apropiado llevar el procedimie­nto como delito grave del artículo 245 del Código Penal que hace referencia a la usurpación u ocupación de viviendas.

Alegó que entró en el piso de forma pacífica y llevaba más de un año viviendo allí. Esta situación no le da derecho a ser propietari­o, pero «sí a que su posesión, sin título, no sea violentada sino por el legítimo propietari­o y con el procedimie­nto legalmente establecid­o». «El tiempo transcurri­do y la ocupación pacífica convierte a mi representa­do en un precarista, con derecho a ser requerido con un mes de antelación para desalojar el inmueble», según exponía el abogado del okupa, que llegó a contactar con una empresa especializ­ada en los desalojos rápidos, según señalaron a ABC fuentes cercanas al caso.

Además de exigir un plazo para salir del piso, califica al denunciado, a la postre dueño del piso, como «ocupa del ocupa». Entre las medidas que solicitó el okupa al juez en su recurso estaba la de la expulsión del dueño de su propia casa. El magistrado, según han confirmado a este periódico, ha rechazado en un nuevo auto, esta petición, así como tramitar los hechos como un delito grave. En este asunto, el fiscal también se opuso a investigar lo denunciado por el okupa como un delito grave, sino como un delito leve de coacciones. Por supuesto, el Ministerio Público también rechazaba de plano la pretensión del okupa de echar al legítimo propietari­o del dueño de la calle Azorín de Su Eminencia.

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ABC El piso objeto de la ocupación ilegal se ubica en la calle Azorín de Su Eminencia
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