Sevilla se desborda en un Domingo de Ramos que no debe repetirse
En una jornada soleada y frustrante, las colas en los templos fueron kilométricas y en algunos bares se descuidaron las medidas sanitarias Cabrera vio «normalidad»
La cola para entrar a San Juan de la Palma alcanzó en algunos momentos el convento del Espíritu Santo, rebasada ya la plaza
L Domingo de Ramos fue histórico. Primero, por lo inusual ante la ausencia de cofradías en las calles. Y, segundo, porque hay que hacer una reflexión y concluir que nunca más debe volver a repetirse. La ciudad necesita la calle después de más de un año de castigo. Eso es natural y se demostró claramente ayer, cuando hubo colas kilométricas en casi todos los templos —no sólo los ocho de las hermandades del día— y porque los bares estaban abarrotados hasta el punto de que en algunos casos no se estaba cumpliendo la normativa sanitaria. Las hermandades, eso sí, organizaron a la perfección un protocolo anti-Covid, con recorridos pautados, gel hidroalcohólico, voluntarios... y todo ello engrandeciendo los montajes, acercando a las imágenes a los fieles que
Eeste año no han podido encontrarse con ellas en las calles e, incluso, con algunas sorpresas musicales. Los responsables de las juntas de gobierno lo llegaron a pasar mal en las horas centrales del día, ante la avalancha de público que se concentraba ante las puertas. Por eso la reflexión debe ser general y sin buscar cabezas de turco. Cuando el Arzobispado prohibió con toda lógica los cultos externos, no tuvo en cuenta que, sin pretenderlo, todo el público se derivaría hacia los templos, que son sitios cerrados y donde es imposible controlar el número de personas que se aposta para entrar. Algunos policías locales llegaron a pedir inexplicablemente a las hermandades que disolvieran las colas, como si éstas fueran las responsables de lo que ocurre a tres calles de distancia. Tampoco se entendió que, ante tal magnitud de público esperando para entrar, templos como San Sebastián apenas abrieran tres horas de forma general o se cerrasen al mediodía. De hecho, hermandades como San Roque decidieron a última hora
El inicio de la Semana Santa en Sevilla se llevó a cabo «con normalidad y sin incidentes», según el delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera. A su juicio, se está pudiendo disfrutar de «una Semana Santa distinta pero, al fin y al cabo, una Semana Santa en Sevilla». De esta forma, el concejal destacó que «las hermandades se han volcado en poner unos altares con muchísimo gusto, las colas están ordenadas y la ciudadanía volcada en disfrutar este día». Por este motivo llamó a «seguir así, disfrutando estos días e invitando a la visita en los templos, que es el elemento fundamental en estos días de Semana Santa». El dispositivo preventivo ayer estuvo, entre otros sitios, en la zona del Porvenir, donde desde Emergencias Sevilla se destacó la «normalidad» pese a que la cola fue inmensa y obligó a la parroquia a suspender la misa de 19 horas. mantenerlos abiertos de forma ininterrumpida, salvo por las misas que, por otro lado, en algunos casos (las parroquiales) fueron excesivas dadas las circunstancias y obligaron a detener aún más el flujo de paso.
El Domingo de Ramos fue una jornada ciertamente frustrante. Amaneció soleado, con las calles engalanadas, una temperatura perfecta y un volumen de público casi incontrolable. Y, en lugar de cofradías, lo que se celebró fue una ‘magna’ de besamanos, que para nada sustituyó al ejercicio de piedad popular y explosión de júbilo para lo que está creada la Semana Santa. Pasarán las décadas y nunca se olvidarán estos dos años en los que se quedaron dentro las hermandades por un virus que parece no tener final. Y esta coyuntura, no obstante, debe ser algo excepcional. Lo de ayer debe servir como prueba de que, de cara al año que viene, ya con un grado de vacunación mucho más avanzado, hay que desprenderse de complejos y plantear con valentía una Semana Santa lo más parecida a la tradicional, aunque se mantuvieran llegado el caso algunas medidas sanitarias. Para ello hay que trabajar desde ya, porque el Domingo de Ramos de 2022 no puede parecerse lo más mínimo al de ayer.
Pese a todo, la jornada dejó momentos muy emocionantes. En el Salvador, los niños formaron la cruz de Santia