ABC (Sevilla)

Puigdemont condiciona la investidur­a de Aragonès a poder gastar un millón al año

Es lo que recauda a través del Consell de la República y gasta sin dar explicacio­nes

- SALVADOR SOSTRES BARCELONA

¿Usted qué estaría dispuesto a hacer por un millón de euros al año? Puigdemont, unas nuevas elecciones autonómica­s en Cataluña. Percibe esta cifra a través del llamado Consell de la República, un ente vacío de atribucion­es y que hace referencia a algo que no existe. Los 92.000 suscritos a la entelequia aportan un mínimo de diez euros anuales y el fugado dispone del montante sin rendir cuentas ante nadie, y no quiere que Esquerra tenga voz ni voto para exigirle transparen­cia. Puigdemont quiere conservar intacto este ‘chiringuit­o’, por el que ingresa sin hacer nada. También tiene un sueldo como eurodiputa­do de 9.000 euros mensuales, más 4.000 en dietas. La pretensión de Esquerra de coliderar el Consell es una condición inaceptabl­e para el expresiden­te, que de momento no ve ningún incentivo para investir a Aragonès.

Además, a Puigdemont le cuesta asumir que perdió las elecciones contra un candidato tan mediocre. Fueron de hecho dos derrotas: la primera, que en contra de su voluntad, Borràs fue la candidata, en lugar del que él quería, que era Jordi Puigneró, consejero de la Administra­ción Pública; y la segunda, que decidiera presentars­e, encabezand­o la lista de su partido, «para ayudar a Laura ganar», y acabara derrotado por ‘el vendedor de seguros’, que es como los convergent­es llaman a Aragonès.

Junto a la magia agotada del fugado, que como a Iván Redondo le han empezado a fallar los trucos, está su afán y el de su partido por controlar la opinión pública. Junts quiere quedarse la Secretaría de Difusión, que reparte las subvencion­es a los medios de comunicaci­ón. El actual secretario, Miquel Martín Gamisans, es, junto con Sergi Sol, una de las principale­s bestias negras de los convergent­es, y Esquerra no está dispuesta a renunciar al cargo. Igualmente, Junts quiere mantener la presidenci­a de la Corporació­n Catalana de Medios Audiovisua­les, el órgano de gobierno de TV3 y de Catalunya Ràdio, así como nombrar a un director afín de la televisión pública.

Los consejeros más pragmático­s de Junts secundan a Puigdemont en público pero en privado admiten que quieren formar gobierno cuanto antes. Puigdemont cree que en unos nuevos comicios podría recuperar los votos del PDECat, que fueron los que casi exactament­e le faltaron para ganar las elecciones del 14F, y le condenaron a un humillante tercer lugar. Y Esquerra insiste en su triste papel de «minyona» de todos, por no tener la valentía de plantear escenarios alternativ­os. Algunos sectores del partido son partidario­s de negociar la investidur­a de Aragonès con Salvador Illa, para que sin previo aviso el PSC se abstuviera en la segunda votación que se celebrará mañana y los de Puigdemont «se tuvieran que tragar su arrogancia». A fin de cuentas, ERC cumple con el requisito que el exministro de Sanidad exigió a cambio de su eventual complicida­d, que es el de renunciar, en la próxima legislatur­a, a cualquier unilateral­idad en materia independen­tista.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain