Biden se enfrenta a su partido al mantener las sanciones al chavismo
Influyentes demócratas en el Capitolio se quejan al presidente de EE.UU. y le piden un gesto que marque distancias con la época de Donald Trump
Una brecha se ha abierto entre la Casa Blanca y los más influyentes demócratas en el Capitolio por la resistencia de Joe Biden de comenzar a levantar sanciones al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. La presidencia está demorando una decisión sobre las sanciones, convencida como está de que las durísimas penalizaciones aplicadas por el equipo de Donald Trump han dado sus frutos, y un grupo de diputados y senadores demócratas, que quieren reanudar los contactos con el chavismo para marcar distancias con la política republicana, han tomado la insólita decisión de alzar la voz en público para apremiar a Biden a que, al menos, levante algunas sanciones como gesto de buena voluntad.
El primer objetivo de esos demócratas es que Biden autorice de nuevo a las empresas energéticas Repsol, de España; Eni, de Italia, y Reliance, de India, a que canjeen crudo venezolano por diésel ya refinado por motivos humanitarios, ya que Venezuela es completamente dependiente de generadores de electricidad que funcionan con ese combustible.
Bajo el chavismo, Venezuela, uno de los países con mayores depósitos petrolíferos en sus costas, ha perdido completamente la capacidad de refinar sus propios carburantes. El expresidente Trump prohibió ese canje en 2020, lo que llevó a Maduro a buscar diésel por otros medios: el primero, ofreciendo crudo a precio de saldo a oscuras empresas mexicanas a las que ya investiga el FBI, y el segundo, malvendiendo, entre otras cosas, el oro de las reservas estatales al régimen iraní.
Queja por carta
En una carta fechada el 23 de marzo, el senador demócrata Chris Murphy instó al secretario de Estado (ministro de Exteriores) Antony Blinken a que permita de nuevo esos canjes por razones humanitarias. «De hecho, este errado cambio de política ha creado más oportunidades para que haya corrupción. Desde que se promulgó la prohibición de los intercambios de diésel, el régimen de Maduro abandonó su práctica anterior de intercambiar petróleo crudo por el diésel del que depende el venezolano medio y, en cambio, aumentó la exportación de petróleo crudo con descuento a China por dinero en efectivo», dice Murphy.
La carta de Murphy, que es miembro de la influyente comisión de Exteriores del Senado, deja entrever la impaciencia de este y otros legisladores que llevan años criticando la política de mano dura de Trump y su equipo. Al final de ella, el senador asegura: «me consta que en la actualidad la Administración está revisando la política de EE.UU. hacia Venezuela, con el objetivo de restaurar la democracia a través de elecciones libres y justas. Mientras continúa este esfuerzo, le insto a que reanude rápidamente los canjes de crudo por diésel para brindar un alivio que salve vidas a millones de venezolanos en esta crisis».
La cautela de Biden, que en materia de política exterior se ha centrado de momento en Asia (y no con excesiva entrega, ya que considera prioritaria la pandemia) enerva a muchos demócratas que esperaban que a estas alturas de presidencia ya habría un levantamiento de sanciones parcial como gesto de buena voluntad. Pero con Venezuela, Biden ha obrado como con Irán. Antes de dialogar, si dialoga, espera concesiones importantes del régimen islámico de los ayatolás, en concreto que desistan de inmediato de enriquecer uranio. Teherán se ha convertido en el principal aliado de Maduro en años recientes, y es a día de hoy uno de los mayores suministradores de combustible de Venezuela. El año pasado, en plena pandemia, las Fuerzas Armadas estadounidenses renunciaron a abordar va