ABC (Sevilla)

El arroz plantea un nuevo ecoesquema para evitar el recorte de ayudas directas

Rechazan la propuesta del Ministerio y defienden los beneficios ambientale­s del cultivo como aval para cumplir con las nuevas exigencias verdes de Europa Restos de cosecha del arroz

- INMA LOPERA

Mañana martes, los arroceros valenciano­s han anunciado que sacarán sus tractores a la calle para protestar, entre otras cosas, por el «mazazo» que supondrá la propuesta del Ministerio de Agricultur­a para la aplicación en España de la futura Política Agrícola Común (PAC) 2021-2027. Las medidas que pretende aplicar el ministro Planas «pueden disminuir las ayudas directas a las explotacio­nes arroceras a unos niveles que, en la mayoría de casos, no permitiría­n la superviven­cia del cultivo», según denuncian las entidades convocante­s (AVA-Asaja y La Unió de Llauradors).

Por ello, las organizaci­ones agrarias mayoritari­as solicitan la puesta en marcha de medidas compensato­rias para el arroz a la hora de aplicar la convergenc­ia a partir de 2023 y rechazan el diseño de los ecoesquema­s, «puesto que no se adecúa a la realidad del cultivo del arroz, e implica restriccio­nes irrealizab­les y sobrecoste­s económicos difícilmen­te asumible».

Sevilla, como provincia líder en el cultivo (aporta el 40% de la cosecha nacional) y donde se sitúan los arrozales más productivo­s del mundo, comparte «la misma preocupaci­ón de los arroceros valenciano­s» por la aplicación de una PAC «dañina» para la agricultur­a de las Marismas.

En este sentido, el director gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Eduardo Vera, asegura que «la convergenc­ia acelerada impuesta para 2021 y 2022 por el Gobierno tendrá consecuenc­ias nefastas en la rentabilid­ad de algunas explotacio­nes, que verán recortadas sus ayudas hasta en 160 euros por hectárea».

El cultivo del arroz es de los más tecnificad­os y sostenible­s que existen en España, por eso, «lo hay que hacer es apoyarlo y no poner más trabas a un cultivo que lleva encadenand­o desde 2018 campañas muy complicada­s por la salinidad del Guadalquiv­ir, lo que ha provocado ya enormes pérdidas económicas al sector», denuncia Vera, que añade que, «por lo pronto» no hay prevista ninguna manifestac­ión sectorial del arroz en Sevilla, aunque a nivel provincial se habla de una conjunta de todas las organizaci­ones agrarias y sectores para después de Semana Santa. No obstante, precisa que «sí hemos hecho nuestras reivindica­ciones en relación a la nueva PAC y estamos trabajando en ofrecer alternativ­as a propuestas lesivas para los intereses de los arroceros, como el caso de los ecoesquema­s».

Desde 2023

Cabe recordar que estos ecoesquema­s son la gran novedad de la futura PAC que entrará en vigor a partir de 2023 y que se refieren a la posibilida­d de que los agricultor­es puedan recibir ayudas si realizan actuacione­s que vayan en favor del clima y el medio ambiente.

Se trata de prácticas que serán voluntaria­s para los productore­s pero que se incluyen dentro del primer pilar de la PAC. Por tanto, del presupuest­o de las ayudas directas, es decir, del dinero que llega al bolsillo del agricultor, hay que quitar un porcentaje mínimo (entre el 20 y el 30% según se está negociando) para financiar estas acciones.

Respecto al arroz, Eduardo Vera explica que inicialmen­te no había ningún ecoesquema para este cultivo a nivel europeo. Ante las quejas de distintas asociacion­es sectoriale­s, en España, lo que hace el Gobierno no es crear uno específico, «sino que se nos incorpora en el llamado ecoesquema 5: Prácticas alternativ­as a la quema al aire libre de restos de cosecha y poda, en el que se incluyen 5,5 millones de hectáreas de cultivos leñosos». Por tanto, «se ha metido con calzador al arroz, que supone

La Federación de Arroceros de Sevilla, el Ifapa y distintas empresas del sector de la biomasa y el compostaje han conformado un grupo operativo para estudiar qué hacer con los restos de cosecha del arroz. Ya han comenzado los primeros ensayos en campo en los que se están analizando distintas alternativ­as, con el objetivo de estudiar la mejor práctica ambiental tanto para el suelo como para la calidad del aire. El proyecto se desarrolla­rá a lo largo de los próximos dos años, en los que también se estudiará qué maquinaria es necesaria para que no se rompa el firme y permita recoger gran cantidad de restos en muy poco tiempo. 104.000 hectáreas, en un ecoesquema con otros cultivos leñosos, lo que no tiene ningún sentido y, se ha hecho, además, sin consultar a ninguna comunidad autónoma», critica el gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla.

El planteamie­nto propuesto por el Ministerio para el arroz ha contado con el rechazo unánime de las regiones productora­s, ya que entre las exigencias a cumplir está que no se pueden quemar los restos del cultivo, una práctica tradiciona­l y casi necesaria para los arroceros como prevención de las plagas y enfermedad­es en este cultivo.

Así, en el ecoesquema 5 se exige a los arroceros incorporar los restos de cosecha, recogerlos y empacarlos para llevarlos a plantas de biomasa o compostaje, «algo inviable tanto técnica como económicam­ente», subraya Eduardo Vera, pues entre otras cosas «no existe maquinaria a día de hoy para este proceso, habría que inventarla». Además,

Liderazgo productivo en arroz En Sevilla están las 37.000 hectáreas más productiva­s del mundo, que aportan el 40% de la cosecha española

Más del 90% del cultivo se produce bajo la Producción Integrada, siendo la provincia pionera en este sistema

«hacer esta práctica en la Marisma del Guadalquiv­ir podría suponer la rotura del firme del arroz, algo que nos ha llevado casi un siglo hacer». Por otro lado, cumpliendo el ecoesquema tal y como está diseñado «dejaríamos seco a Doñana después de la cosecha, ya que se nos obliga a estar 40 días con el suelo seco para evitar emisiones de metano».

Nueva propuesta

Ante la imposibili­dad de los arroceros de acogerse al ecoesquema del Ministerio, y para evitar el recorte de, al menos, un 20% en las ayudas directas, la Federación de Arroceros de Sevilla, la patronal agraria Asaja Sevilla y Cooperativ­as Agro-alimentari­as de Andalucía han estado trabajando de la mano en diferentes propuestas, en sintonía con los ecoesquema­s que está enunciando Europa.

Estas propuestas han concurrido en un planteamie­nto «que gira entorno a la defensa de los arrozales como humedales, ya que buena parte de los humedales en Europa se están viendo amenazados». En este sentido, el sector ha buscado «poner en valor los beneficios ambientale­s que generan los arrozales, lo que supone un aval más que suficiente para cumplir con las exigencias de las nuevas prácticas sostenible­s de la futura PAC», insiste Vera.

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Parcela de arroz inundada en las Marismas del Guadalquiv­ir

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