ABC (Sevilla)

Los altares

-

ta subirse al atril para que así se lo reconozca la ciudad, se llevó la mano a la garganta y comenzó a hablar: «Son las cuatro de la tarde,/ la Calzada en su gran fiesta/ y Pilatos a Jesús/ al mismo barrio lo entrega./ ¿Qué lo maten?.../ ¿Quién lo ha dicho?/ Que ni lo toquen siquiera.../ Calle Oriente, Martes Santo,/ tarde de sol, primavera...». Yo salgo de penitente, voy detrás de mi Cristo subiendo el puente. Los Cantores de Híspalis.

A los pies del Señor, un ramo de flores llevaba el nombre de Carlos Morán, su capataz eterno que murió hace unos meses por el maldito virus. Su mujer, Dori, depositó esos claveles rojos salpicados de lirios en su delantera, de frente, donde siempre se puso el que está arriba con el Hijo de Dios cada vez que lo levantaba al cielo.

En este Martes Santo de reencuentr­os, los ancianos de la residencia de las Hermanitas de los Pobres visitaron a su Virgen de la Encarnació­n. Muchos no pudieron porque se encuentran enfermos y aislados. «Allí dentro hemos recreado la procesión de la Presentaci­ón al Pueblo», dijo la madre general. Ellos fueron los últimos en ver un palio en la calle, en diciembre de 2019, cuando la Palomita de Triana les visitó al regreso de la Catedral.

Vecinas del Cerro

«Participa con tus fotografía­s cofrades en el reto de este mes en Instagram

En el arrabal del Cerro, ese pueblo que vive cada Martes Santo su día grande a la salida de la cofradía, ayer sí fue Semana Santa. No sonó la zambra flamenca de ‘Coronación’, ni la familia del joyero Torrejón soltó las 32 palomas que correspond­en en 2021, pero esas humildes vecinas que miman los geranios de sus balcones y los arrancan para tirárselos al paso de la Virgen de los Dolores cada año, fueron a la parroquia a dejarle flores. Venían de la compra, de pedir chicharron­es en la carnicería de José Cobo y a la Águeda un cartucho de pavía mientras el marido se pedía un helado de piñones en el Antonino. No había una fachada en el barrio que no tuviera las colgaduras con las imágenes de la hermandad. Ayer, la gran cofadía fue la de los hermanos haciendo colas interminab­les, que simbolizan cómo ha arriagado en Sevilla el Cerro del Águila.

Otras colas kilométric­as se vieron en San Lorenzo, en una plaza que fue un hervidero entre el Gran Poder y la Bofetá. También en San Esteban remontaban por Imperial y pasaban ante la ventana donde, en lugar del Señor de la »

El calvario instalado por la hermandad del Dulce Nombre en San Lorenzo y por la de los Javieres en Omnium Sanctorum. A la derecha, el Cristo de la Sangre de San Benito, expuesto a la veneración

Salud y Buen Viaje, estaba la pequeña Virgen de Cristóbal Ramos. En el interior, el gran detalle con los hermanos difuntos, cuyos nombres iban en la mini candelería de la Virgen de los Desamparad­os, como cualquier Martes Santo. Cerca, en Santa Cruz, el gran altar de la jornada: el Cristo de las Misericord­ias, portentoso, sobre el canasto neogótico y luciendo la aureola con la que comenzó a salir allá cuando la cofradía fundó esta jornada en 1904. En los Javieres, San Juan agarraba la mano a la Virgen al pie de la cruz del Cristo de las Almas, en una imagen histórica que se repetirá a partir de hoy en su capilla de Omnium Sanctorum. En la Universida­d, el recuerdo a David Ávila, el prioste que encontró la Buena Muerte demasiado pronto. En los Estudiante­s se mira ya al futuro, con la esperanza de un contraluz al crucificad­o en la Puerta de Jerez en 2022, los 50 años de la primera cuadrilla en 2023 y los 100 de la cofradía en 2024. Hay luz.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain