Certezas y temores en torno a una unión imprescindible
¿En qué posición del mapa queda la nueva entidad?
La fusión entre Unicaja y Liberbank, con 109.000 millones de euros en activos, dará lugar al quinto banco español, sólo por detrás del gigante constituido por Caixabank y Bankia, BBVA, Santander y Sabadell.
¿Cómo se llamará el banco tras el ‘matrimonio’?
Cotinuará llamándose Unicaja, aunque en los territorios donde Liberbank es más fuerte se reserva seguir operando con esa misma marca comercial.
¿Dónde tendrá su sede principal?
Estará en Málaga, pero el acuerdo recoge también que existirán otras sedes operativas en Madrid y Oviedo.
¿Habrá salidas de personal y cierre de sucursales?
Seguro, pero aún no están cuantificados, al menos de forma pública. Sí es cierto que el escaso solapamiento territorial entre las dos entidades que se unen hará menos drástico el ajuste, que puede afectar sobre todo a los servicios centrales.
¿Quién mandará en el nuevo banco?
De momento, el presidente de Unicaja, Manuel Azuaga, conserva sus competencias ejecutivas. En dos años, habrá de tomar la batuta su consejero delegado. Que al cristalizar la fusión será Manuel Menéndez, actual CEO de Liberbank, siempre que así lo apruebe el consejo.
¿Por qué los recelos ante el reparto de poder en Málaga?
Por el miedo a que si toma las riendas alguien ajeno a la ‘cultura’ de Unicaja, se pierdan sus señas de identidad y se acabe aceptando la primera operación corporativa que se plantee, con lo cual acabaría engullida y sin poder decisorio.