Previsión
definitivo que aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE). Eso significa que cada día una decena de personas se suicidaron, una auténtica pandemia. Tal como señala el avance provisional del INE sobre los primeros meses de 2020, el balance es ligeramente menor el año pasado. Entre enero y mayo del año de la pandemia fueron 1.343 personas fallecidas y la tendencia fue descendente hasta el mes en el que comenzó la desescalada. La media ha bajado a nueve suicidios por día, subrayan los expertos. Pero siguen siendo demasiados, inasumibles.
Los psicólogos explican que ese fenómeno se debe a tres factores. En primer lugar, el confinamiento atrapó en casa junto a los convivientes y «no estar solo es la mayor protección que puede hacer durante ante un acto suicida», explica Andoni Ansean, presidente de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio. «Estar en casa, rodeados de personas queridas, acompañados, escuchados... ha sido un elemento protector», dice. «El alejamiento de espacios que podían ejercer como grandes estresores (trabajo, escuelas) o de personas y climas perjudiciales con las que se podía sufrir daño» ha sido beneficioso, apunta Magdalena Pérez, responsable del área de prevención del suicidio del Teléfono de la Esperanza. El segundo factor es que durante los momentos más duros de la pandemia había un enemigo común. «Las crisis unen a la gente y la alejan de sus problemas cotidianos», añade Javier Jiménez, psicólogo clínico, miembro de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio y del Grupo de Estudio e Investiga
Las crisis económicas tienen una correlación «muy alta» con la tasa de suicidios, según los expertos