POR JUAN CARLOS
Cómo comprar un medicamento
No entiendo por qué farmacéuticos y médicos no se unen en defensa del consumo racional del medicamento
DESDE siempre cuando una persona se ha sentido mal ha acudido al médico y este le ha recetado lo que ha creído más idóneo y apropiado para su curación o aliviar su enfermedad. El paciente se iba a la farmacia y el farmacéutico se lo dispensaba y punto. En muchas ocasiones los médicos recetaban formulas magistrales, pues no existían tantos medicamentos comercializados ni abundaban las industrias farmacéuticas. El farmacéutico se pasaba la mañana dándole al mortero, con sus probetas, matraces, etc.
Conforme se implanta el desarrollo industrial, y los avances farmacológicos se van desarrollando, las formulas magistrales van desapareciendo y van apareciendo las nuevas moléculas químicas sintetizadas en los laboratorios farmacéuticos. El consumo de plantas medicinales tan arraigadas desde siempre pasan a un segundo lugar. Es decir que los medicamentos químicos llevamos usándolos poco tiempo, ya que hasta finales del siglo XVIII y principios de XX, los farmacéuticos empiezan a sintetizar moléculas químicas, hasta entonces fueron las plantas medicinales las usadas por el hombre y animales. Durante dieciocho siglos se han usado las plantas medicinales y hoy día, los países de oriente continúan usándolas
La industria farmacéutica se dedica a la investigación y cada vez se van llenando las estanterías de las farmacias de más medicamentos. Una sola molécula es fabricada por varios laboratorios.
Los niveles bioquimicos máximos en sangre se van bajado como el caso del colesterol, triglicéridos y glucosa y van apareciendo cantidades de medicamentos para bajar estos niveles, con lo cual las ventas se disparan y la industria farmacéutica sale favorecida. Cuando yo estudiaba, me acuerdo que el nivel de colesterol en sangre era 200 más la edad. Es decir que a una persona con 40 años se le permitía un nivel de 240, ahora estas personas se saturan de medicamentos para bajar los niveles de 120, despreciándose los remedios naturales que son muchos como el alpiste comestible, el matagallo, etc.
Se dan cuenta después de muchos años de que este gasto no puede continuar y comienzan a surgir cada año nuevas normas de prescripción y dispensación. Como implantar con prefererencia los medicamentos genéricos y sacar de la financiación por parte de la Seguridad Social, muchos medicamentos que deben abonar los pacientes, por ejemplo los laxantes, antidiarreicos, etc. Ahora los médicos han recuperado la libertad de prescribir originales o genéricos, pero los farmacéuticos pueden dispensar el original.
A nadie del sistema sanitario se le ocurre desarrollar campañas educativas en el consumo de medicamentos. A nadie se le ocurre implantar un sistema racional de dispensación, proporcionando a los pacientes el número exacto de formas sólidas orales prescritas, como desde hace más de 30 años se hace los EE.UU.
A nadie se le ocurre comercializar los medicamentos en envases más pequeños. A nadie se le ocurre recuperar el uso de plantas medicinales que son mas naturales y baratas para muchas patologías.
No hay establecidas campañas de medicina preventiva, pero sí mucho fútbol. Pero se impone el euro y hay que consumir. Ahora es tarde y se aplican nuevas normas para ahorrar. Se generan normas cada día para los médicos y farmacéuticos, la receta desaparece y pasamos a la tarjeta. Si al médico se le olvida un detalle en la prescripción, el paciente tiene que volver al médico para corregir. Si no concreta si el medicamente es de 12 o 24 capsulas, tampoco es válido. Como el médico solo dispone de cinco minutos por paciente, mucha gente se va a su médico de compañía de seguro que le receta, se va a la farmacia y lo compra, luego pide cita con su médico de cabecera de la Seguridad Social. El círculo en que nos movemos es asi: paciente-médico privado-prescripción-compra de medicamento en la farmacia-cita con el médico de cabecera-introduce el medicamento en su tarjeta-vuelta a la farmacia-se entrega el ticket con la factura-se le devuelve el dinero al paciente.
El retraso en las citas con los especialistas de la Seguridad Social ha provocado el aumento de los seguros médicos privados, que ya presentan tiempos de espera, y no resultan tan ventajosos.
Se oye decir que el estado promueve el retraso en las listas de espera con el fin de implantar la sanidad privada y reducir gastos, tal como está en muchos países como EE.UU.
¿Esto qué es? Parece un mercadillo. Es un círculo absurdo, e incómodo, sobre todo para las personas mayores
Se ha medicalizado la sociedad con una cadena de inconvenientes y una serie de malentendidos para los médicos y farmacéuticos, porque incluso las circulares enviadas a los facultativos desde la Junta de Andalucía no informan con exactitud, produciendo contradicciones entre el criterio del médico y del farmacéutico. No entiendo por qué farmacéuticos y médicos no se unen en defensa del amplio abanico del consumo racional del medicamento, tanto en los hospitales con una distribución adecuada como en las oficinas de farmacia.