Los trabajadores, la baza final de Podemos para salvar el caso Neurona
Las dudas de la UDEF sobre los trabajos de consultoría complican la prueba de descargo del partido para acreditar que los servicios se prestaron
El informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional sobre los trabajos realizados por Neurona para la campaña electoral de Unidas Podemos en las generales de abril de 2019 ha sido un jarro de agua fría para la estrategia de defensa de la formación, que tiene ahora su mejor baza para salvar la imputación en el testimonio que preste un puñado de trabajadores llamados a decir que hubo gente de la consultora latinoamericana trabajando en España en aquella época que, efectivamente, prestó servicios reales.
Podemos está imputado por financiación ilegal o delito electoral en el contexto de un contrato por 363.000 euros que, desde el inicio, está en tela de juicio, pues ni cuadran las fechas de la redacción, la firma y las facturas, ni tampoco la propia empresa: se constituyó en una gestoría como brazo en España de Neurona Consulting, latinoamericana. Para esclarecer que el contrato fue real y que, como dice Podemos, las incongruencias en las fechas obedecen más a una cadena de errores que a una falsedad documental, era clave aclarar si Neurona prestó los servicios por los que se firmaba aquel contrato. Es relevante porque ese dinero se repercutió a las arcas públicas en el contexto de la financiación de campañas electorales y no pasó el filtro del Tribunal de Cuentas, que no lo veía correctamente justificado. En un alarde de transparencia, del que dio cuenta el abogado de Podemos en declaraciones a los medios a las puertas del juzgado, Podemos aportó una memoria de almacenamiento con «miles» de archivos que decía, constituían todos los trabajos de Neurona para aquella campaña electoral. No cabría lugar a dudas de que la contratación no sólo era cierta sino también, legal.
Ciberdelincuencia cogió los archivos en primer lugar y se dedicó a analizar quién los había creado o modifiservicios reales, hubo de tener otro destino. En este contexto, cabe recordar que de los 363.000 euros pagados por Unidas Podemos, unos 308.000 viajaron a México por transferencia desde Sevilla a una empresa llamada Creative Advice Interactive. La UDEF presume que fue subcontratada para la prestación efectiva de los trabajos, pero en toda la documentación aportada por Podemos no hay rastro de ella. Ni membretes, ni anagramas. Tampoco los hay de Neurona.
Además, la Policía advierte de que esos giros se hacían porque la cofundadora en España de Neurona Comunidad, Andrea Edlin, iba enviando al administrador de la empresa órdenes de pago. El problema es que daba una orden un día y la factura, que debía ser previa a esa petición del dinero, lleva fecha del día siguiente.