Cuando la cuerda conquistó la Catedral de Sevilla
Con Salazar estos instrumentos conquistaron un puesto en el culto
Una de las consecuencias que tuvo el oficio de maestro de capilla de Diego José de Salazar en la Catedral de Sevilla fue un cambio de tendencia en la música desarrollada para el culto, en la que los instrumentos de cuerda comenzaron a conquistar un puesto preeminente. Tal como señale su actual maestro de capilla, Herminio González, «podemos afirmar que fue durante el periodo en que Salazar ejerció este oficio cuando comenzó a vislumbrarse una nueva era en la interpretación y la composición musical, que se abrió finalmente años más tarde con la aceptación total de los instrumentos de cuerda».
El cambio en la instrumentación en la música sacra de la Seo fue muy progresivo, por las reticencias del Cabildo y su conservadurismo a introducir cambios. «Se habían acostumbrado a los sonidos de los instrumentos de caña. La orquesta tradicional del Renacimiento eran los ministriles, que llevaban corneta, un par de chirimías, sacabuches y un bajón», señala este canónigo.
Salazar vive ese cambio, añade, entre lo antiguo y lo nuevo «despuntando, comenzando a abrirse a instrumentos nuevos de la orquesta moderna, como el violón y el violín». Estos instrumentos se usaban, de todas formas, esporádicamente y en grandes celebraciones, como la Semana Santa, el Corpus, la Inmaculada... y en todos los casos necesitaban la autorización expresa del Cabildo del templo metropolitano.