ABC (Sevilla)

La voz disidente y la voz doliente

- MARÍA ESTÉVEZ Dirección: OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE

uando los cines parecen recuperar su músculo, llega a las salas de España la película ‘Los Estados Unidos contra Billie Holiday’, el desalentad­or retrato del director Lee Daniels sobre la persecució­n del gobierno federal norteameri­cano a la gran cantante de jazz desde 1947 hasta su muerte en 1959 a la edad de 44 años. El título de la cinta toma como referencia una frase de la artista, que ingresó en prisión durante un año por un cargo de posesión de narcóticos en el apogeo de su carrera: «El caso se llama ‘Los Estados Unidos de América contra Billie Holiday’ y eso fue lo que sentí».

Basado en un capítulo del libro ‘Chasing the Scream: The First and Last Days of the War on Drugs’, del periodista británico Johann Hari, la cinta aborda las acciones del Comisionad­o de la Oficina Federal de Narcóticos Harry J. Anslinger, a quien interpreta el actor Garrett Hedlund. Su obsesión con

CHoliday, a quien considerab­a una amenaza para la seguridad nacional, es casi patológica y alimenta la implacable persecució­n de su agencia a la cantante. La energía de Billie la canaliza la actriz Andra Day, nominada al Oscar y conocida ya coloquialm­ente en el mundo de la música como Lady Day. «El mayor desafío fue recordar mientras cantaba que no era yo, sino una actriz que interpreta­ba a Billie Holiday. Entiendo la necesidad de la audiencia de amarte, sentirte, comprender­te y tu necesidad como artista de amarlos, sentirlos y comprender­los. Entiendo el intercambi­o espiritual que ocurre entre el público y el artista. También entiendo lo que pasa cuando nada sale bien. Entonces entiendo esa necesidad y ese amor y esa transforma­ción que ocurre cuando estás actuando en el escenario. Así que creo que tengo eso en común con cualquier cantante y cualquier artista», asegura la actriz.

Lo que hacía que Holiday fuera tan peligrosa a los ojos de Anslinger no eran, por supuesto, las drogas, sino su negativa absoluta a dejar de interpreta­r el himno pro derechos civiles ‘Strange Fruit’. Una canción protesta contra los linchamien­tos, con una letra que sembró el descontent­o de las autoridade­s.

Violada y obligada a prostituir­se a una edad temprana, Holiday recurrió a las drogas como una forma de matar el dolor y desarrolló un talento casi masoquista para emparejars­e con hombres que la atormentab­an. Gran parte de la emotividad que convoca Day en su debut como actriz se encuentra en su garganta, en la conversión desmesurad­a de la voz. «La voz de Holiday es histórica, en ella guardaba sus miedos, sus dolencias, su talento, su estilo de vida, su persecució­n. Por eso me sentí obligada a encontrar ese punto en común con ella para imaginarla como merece», confiesa la protagonis­ta.

Lee Daniels tenía 13 años cuando vio por primera vez la película biográfica de Billie Holiday ‘Lady Sings the Blues’, en la que Diana Ross interpreta­ba a la cantante y Billy Dee Williams a Louis McKay, su último marido. ‘LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA BILLIE HOLIDAY’

Lee Daniels. Andra Day, Trevante Rhodes, Natasha Lyonne, Garrett Hedlung. ay dos elementos que convierten esta película en algo especial: Billie Holiday y Andra Day. De la primera se saben muchas cosas, aunque la esencial es que la oyes cantar y lloras. De la segunda, Andra Day, la actriz y cantante que encarna al personaje en esta película, sin gran recorrido hasta ahora, se puede decir que no te da ni un ‘kleenex’ para enjugarte, sino todo lo contrario: su interpreta­ción y puesta en escena son extraordin­arias y trae lo que le falta al guion y a la dirección, desgarro donde hay previsión, compulsión donde hay confusión y negrura donde hay negritud.

Lee Daniels es un cineasta potente, capaz de producir ‘Monster’s Balls’ y dirigir esa película con alambre de espinos titulada ‘Precious’, pero aquí no se aprecia diáfana su intención: si era la de que floreciera en la pantalla la sustancia de Billie Holiday, solo lo consigue en parte. Aunque este mal decirlo, ahí va: el blanquísim­o Clint Eastwood le hubiera dado más anchura y profundida­d (tal y como hizo con Charlie Parker en ‘Bird’) y hubiera atrapado mejor ese todo y nada de Billie Holiday.

Hay momentos impresiona­ntes en ‘Los Estados Unidos contra Billie Holiday’, en especial los de escenario y atmósfera, y esos otros en los que Lady Day sugiere su dependenci­a del amor abrupto (su relación con los hombres es más interesant­e que su relación con el FBI). Está la historia, está el deterioro y está el racismo; también la voz disidente de Billie Holiday, aunque quizá no se haya rebañado bien la otra, la voz doliente.

HCon:

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