Protagonistas
La primera noticia ya no es la pandemia, es nuestro comportamiento en ella
Con los informativos televisivos y su evolución podemos ir entendiendo cómo han cambiado las cosas en los últimos meses.
Durante algún tiempo, el interés informativo primordial fue ‘la curva’, eufemismo para el número de muertes.
Pero esto fue cambiando. Empezaron a surgir noticias cada vez más frecuentes sobre incumplimientos ciudadanos. Los jóvenes de los botellones, los ‘negacionistas’, los madrileños que osaban ir a la costa, los reticentes a las vacunas, los franceses en el centro de Madrid o los organizadores de ‘fiestas ilegales’ se convertían en los protagonistas de las noticias.
Ya no se trata de la curva, o el número de incidencias, eso va después, el primer plato del menú informativo son los «desaprensivos» que van a su aire, los «insolidarios». La primera noticia ya no es la pandemia, sino el español ante la pandemia, lo que hacen los españoles. Se percibe cada vez más un desplazamiento de la atención a lo disciplinario: primero fue la salud, después lo que era necesario para la salud, pero ahora la mirada se ha quedado detenida en los comportamientos, y los insumisos van ocupando el lugar reservado al chivo expiatorio.
Poco a poco, las medidas que exige la pandemia y su tratamiento mediático han ido poniendo el punto de mira en nuestro comportamiento. ¿Ha salido la gente de puente? ¿Están vacías las playas? ¿Cumplen las terrazas? ¿Habrá espacio suficiente en el interior de los restaurantes?
Miramos la televisión para informarnos sobre nuestro propio cumplimiento. No se analiza al gobierno, ni siquiera en su disfraz de ‘gobernanza’, se analiza al gobernado. Interesa si cumplimos o no y quién no lo hace.
Durante la pandemia, el poder se dirigió de forma directa al ciudadano (las largas intervenciones de Sánchez), y ordenó su tiempo, su vida, sus hábitos, su intimidad, y desde entonces la óptica no ha cambiado. Se nos dieron unas instrucciones con las que seguimos, y nos hemos dedicado a observarlas en los dos sentidos de la palabra. Las cumplimos y nos miramos al hacerlo, como si empezáramos a obtener un placer en la obediencia y la profilaxis.
Los botellones, los ‘negacionistas’, los madrileños en la costa, las ‘hordas’ de franceses o los de las fiestas