La España nepótica
España adolece de la gravísima enfermedad del nepotismo. Con el Estado moderno surge un colectivo jerarquizado dotado de una formación académica específica para gestionar la Administración, los funcionarios. Pero con el correr de los años se vicia el invento y observamos cómo los puestos de máxima responsabilidad comienzan a ser de libre designación o por el más vil enchufismo. Tenemos en puestos de máxima responsabilidad a personas escasamente formadas y con una inexistente experiencia de gestión. Surge así otro cuerpo que viene a engrosar el dispendio: el asesor. La administración eficiente con un cuerpo preparado y dotado para el desempeño de la función para la que opositó se torna en un maremágnum nada cualificado, pero muy bien untado, cuya productividad es inversamente proporcional al elevado estipendio percibido. Hete aquí la más burda e inevitable perversión del más saludable sistema democrático: Red Eléctrica, Loterías, Aena, Renfe, Navantia, etc. ¿Quién paga estos desmanes? Sus sufridos usuarios, inevitablemente. inimaginables consecuencias. De nuevo los medios restan importancia a unos hechos que precisarían una urgente aclaración. Me refiero al envío masivo de mensajes a personas mayores, dentro de una determinada franja de edad, para que acudieran a vacunarse, sin cita previa, al centro de vacunación de Los Bermejales (Sevilla) con la clara intención de que los movilizados se cabreen con la Junta de Andalucía. La izquierda carece de escrúpulos y lo demuestra a diario. Y yo me pregunto: ¿Quién dispone de medios para enviar, simultáneamente, más de ocho mil mensajes de una sola vez? ¿Quién dispone de un mínimo de ocho mil contactos telefónicos de personas comprendidas en la franja de edad, teóricamente afectada? De momento, la Junta de Andalucía se ha limitado a formular una mera denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía (los hechos merecerían «algo más», inclusive no una denuncia, sino querella en toda regla, redactada por los correspondientes servicios jurídicos, que para eso están y