Las elecciones en Groenlandia, un referendo sobre su independencia
El plan soberanista está basado en inversiones extranjeras para explotar sus recursos naturales
una naturaleza con la que vivimos en armonía y no queremos destruir eso, por ese motivo y por la defensa de la población indígena, es mejor dejar las cosas como están», defiende Mariane Paviasen, diputada de IA, consciente de que sin la mina, Groenladia seguirá dependiendo de los 520 millones de euros anuales que recibe de los Presupuestos Generales de Dinamarca. El beneficio para Groenlandia de la explotación, en todo caso, está calculado en 200 millones de euros anuales.
Los contrarios al proceso exprés de independencia señalan otras vías de desarrollo económico, como la exportación de arena o de abonos naturales, el turismo o la agricultura y la pesca, que actualmente representa el grueso del PIB local y el 90% de sus exportaciones. Proponen nuevos repartos de cuotas y un plan de modernización de los aeropuertos. «Pero no será tan sencillo», dice Rasmus Leander Nielsen, profesor de la Universidad de Groenlandia, «en el caso de que ganen poder y rechacen la mina, tendrán que explicar al sector minero global que quieren seguir con la actividad y que su rechazo afecta solamente a este proyecto».
Los sondeos avanzan un 36% en la intención de voto para Inuit, mientras que Siumut obtendría un 23,2%. Pero el resultado de las elecciones sigue siendo incierto, pues al mismo tiempo habrá comicios municipales y el Siumut cuenta con ventajas en las votaciones regionales.