Los arqueólogos desvelan el gran edificio cristiano previo a la Mezquita
Sacan a la luz, en unas excavaciones que se llevan a cabo en el Patio de los Naranjos, la fachada de un gran complejo del siglo V, ligado al obispo
El Cabildo de la MezquitaCatedral de Córdoba mostró ayer los primeros resultados de las excavaciones que se llevan a cabo en el Patio de los Naranjos, dirigidas por el profesor de la UCO Alberto León y por el arqueólogo titular del monumento, Raimundo Ortiz. Las investigaciones realizadas, aún en clave de hipótesis, muestran, como elemento más relevante, los restos de la fachada de un gran edificio que ya estaba levantado en el siglo V, que formaba parte de un complejo aún mayor y que fue posteriormente monumentalizado. Antes de la Mezquita, no hubo un edificio, sino varios. Un auténtico barrio de la ciudad de Córdoba, que formaba parte de su centro neurálgico y donde se desarrollaba el poder de los primeros obispos de una diócesis que arranca en el siglo III.
La interpretación tradicional es que antes de la Mezquita hubo una iglesia, San Vicente, y que previamente hubo un espacio de la Córdoba romana, probablemente una calle. Se trata de investigaciones que han generado fuertes controversias entre historiadores y arqueólogos. Actualmente, la tesis más aceptada es que, con carácter previo a la construcción de la Mezquita, el espacio estuvo ocupado por un conjunto de edificios ligados a los obispos de la época tardoantigua: un complejo episcopal de época visigoda. Una tipología de construcción muy extendida en las ciudades que eran cabeza de diócesis y que consta de tres elementos fundamentales: una basílica, un baptisterio y el palacio del obispo (que solía tener asociadas instalaciones de uso civil como graneros o almacenes).
Esta última parte forma parte del hallazgo más destacado que se está cartografiando en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral. Hasta el momento, se han cubierto dos fases de la excavación y se prepara ya una tercera. El proyecto pretende volver a levantar todo lo que estudió Félix Hernández hasta el año 1934, accediendo a zonas que el arquitecto no llegó a tocar. De aquellas intervenciones, paralizadas por la Guerra Civil, se guarda toda la documentación personal del arquitecto y pionero de la arqueología. El proceso de investigación ha documentado con las técnicas de la arqueología de hoy los elementos enunciados por Hernández o que éste pasó por alto. Se han identificado, hasta el momento, hasta siete etapas constructivas diferentes. En primer lugar, se han documentado elementos que pertenecen a la etapa previa al complejo episcopal, un barrio de casas de época romana.
Embellecido en el siglo VI
Lo que se ha hallado es un muro de cerca de treinta metros de largo que conformaba la fachada de lo que se considera como el palacio episcopal. Un edificio que ya estaba levantado en el siglo V pero que fue posteriormente embellecido, en torno al siglo VI.
En el proceso de monumentalización del edificio, se dotó al edificio de un ábside o exedra. Parte de esa estructura semicircular se puede contemplar en las excavaciones, porque se ha conservado parte de la primera hilada de sus paredes. Se entraba por una puerta de unos cuatro metros y estaba dividido en estancias. Tuvo que ser un lugar relevante porque la llegada de los musulmanes, y la desaparición del recinto, le deparó un tratamiento especial. El nuevo poder de Córdoba, el que levantó la Mezquita fundacional, se encargó de cegar ese ábside con un muro construido para tal fin. Los arqueólogos no tienen clara la superficie real de ese edificio.