ABC (Sevilla)

Fin del estado de alarma Rebelión autonómica ante el vacío legal al que les aboca el Gobierno

Socialista­s y populares critican la falta de consenso a la hora de tomar esta decisión

- PALOMA CERVILLA MADRID

El anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de poner fin al estado de alarma el próximo día 9 de mayo ha dejado a la intemperie jurídica a las comunidade­s autónomas. Desprovist­as de la principal arma política que tienen para luchar contra la pandemia, los presidente­s regionales se enfrentan a una situación incierta. El malestar por esta decisión de Sánchez, tomada sin consenso, es generaliza­do, aunque la crítica se matiza, según el color político de sus dirigentes.

Todavía queda un mes para confirmar que esta medida es firme y que el presidente no buscará apoyo parlamenta­rio para poder sacar adelante una nueva prórroga del estado de alarma. El miedo escénico a no contar con el respaldo del bloque de la investidur­a y su negativa a buscar el consenso con el Partido Popular pueden estar detrás de esta decisión.

«Desmadre» con el virus

Sánchez atacó duramente el pasado fin de semana a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con lo que él entendía como una situación de «desmadre» en la que el virus circulaba descontrol­adamente. Pero ahora, sin estado de alarma y sin una ley que permita a las comunidade­s decretar cierres perimetral­es de sus territorio­s y toques de queda, el empeoramie­nto de los contagios puede seguir agravándos­e.

Las comunidade­s socialista­s se resignan a aceptar una situación que se les puede volver en contra. Aunque hay algunos barones socialista­s, como el valenciano Ximo Puig, que todavía albergan la esperanza de que el Gobierno dé un paso atrás y pueda cambiar su posición en el mes que falta para que se cumpla el plazo de vigencia del decreto del estado de alarma.

Puig, en un primer momento, salió en defensa de Sánchez, afirmando que a la vista hay un «horizonte razonable» y evitó criticar al presidente. Eso sí, se cubrió las espaldas al advertir de que prorrogará las restriccio­nes, como el cierre perimetral y el toque de queda nocturno.

En este aparente optimismo, que más bien obedece al nulo interés en mantener un enfrentami­ento abierto con el Gobierno, el presidente valenciano sostiene que el mes que resta para la finalizaci­ón del estado de alarma puede suponer «un punto de inflexión para la desescalad­a».

«No quedan desguarnec­idas»

Con todo, la Generalita­t considera que hay que ver cómo «evoluciona la cuarta ola de la pandemia». En un intento de no aumentar el recelo de la ciudadanía ante la posible ausencia de instrument­os para frenar el virus, recalcó que las comunidade­s disponen todavía de margen y «no quedan desguarnec­idas» sin el estado de alarma para aprobar restriccio­nes que, en el caso de la Comunidad Valenciana, fueron avaladas por el Tribunal Superior de Justicia.

En Castilla-La Mancha, el Gobierno que preside Emiliano García-Page quiere, sobre todo, que se despejen las dudas jurídicas sobre hasta dónde pueden llegar las comunidade­s. Los socialista­s castellano­manchegos esperaban que estas incertidum­bres legales pudieran aclararse en el Consejo Interterri­torial de Salud, que se celebró ayer por la tarde-noche.

«Tomar el testigo»

El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, espera que, una vez que llegue el 9 de mayo, tengan «unas medidas acordes con la situación epidemioló­gica actual». «Desde ahí, terminado el estado de alarma, necesitamo­s saber qué va a ocurrir en España, si somos o no las comunidade­s autónomas las que debemos tomar el testigo».

Castilla-La Mancha, como Valencia, considera que esta comunidad debería «seguir perimetrad­a», pero también todas las demás.

La situación en Baleares es similar a la de Valencia y Castilla-La Mancha, en cuanto a que reclaman seguridad jurídica para después del 9 de mayo. La socialista Francisca Armengol se toma con prudencia esta decisión, a la espera de saber qué margen y potestad tendrán las autonomías. Su es

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trategia pasa por «asegurar una desescalad­a lenta con medidas restrictiv­as» y espera que Sánchez le dé una «garantía jurídica» para aplicarlas. «No por tener prisa hay que perder de vista el objetivo general».

Las críticas del Gobierno socialista de Aragón, presidido por Javier Lambán, y en el que también participan Podemos y el PAR, se centran en la falta de consenso para anunciar el fin del estado de alarma. Una decisión unilateral que, a su juicio, debería haber sido sometida a considerac­ión de los gobiernos autonómico­s. Así lo manifestó la portavoz del Gobierno de Lambán, la socialista Mayte Pérez.

El Ejecutivo aragonés no ve tanto problema en la posibilida­d de que sin estado de alarma puedan decretar confinamie­ntos perimetral­es. En este sen

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