ANÁLISIS DE SITUACIÓN: ANDALUCÍA Y LA PAC
«Durante abril se sucederán reuniones bilaterales entre el Ministerio y las comunidades»
adie habla ni se hace referencia de la importancia de tener aprobado un presupuesto para la PAC. Demos, por tanto, la importancia que tiene el disponer de 53.000 millones de euros garantizados hasta 2027 y considerémonos unos afortunados al permitir contemplar un futuro a corto y medio plazo con un razonable optimismo.
He querido recurrir a esta introducción para situar las cosas en su justo lugar, quitando dramatismo y alarmas innecesarias a la segunda fase de la reforma: la manera de repartir los fondos entre las comunidades autónomas.
El ministerio de Agricultura y las comunidades deberán tener una tercera y última reunión sectorial en mayo, pero durante este mes de abril en el que estamos se sucederán una serie de reuniones bilaterales sobre los diversos asuntos aun sin consensuar o acordar, para finalmente sacar el modelo de aplicación de la nueva PAC en España.
Antes de agosto España presentará a la Comisión un borrador de informe de Plan Estratégico Nacional. Los Planes Estratégicos deberán ser definitivos a final de 2021 o primeros de 2022 para dar lugar a los desarrollos legislativos antes de enero de 2023, cuando debe empezar la nueva PAC.
Muchas cosas pendientes para un calendario tan ajustado. Algunas de ellas, agricultor genuino y el techo de las ayudas, el Parlamento Europeo las quiere obligatorias y el Consejo voluntarias, sin consenso a este nivel. Derechos históricos, número de regiones, convergencia, pago para jóvenes agricultores, ecoesquemas, son otros tantos aún sin consenso final. Por tanto, ¿Cómo podemos disponer de un estudio de impacto sin tener concluido el modelo del Ministerio? Todos estos asuntos pendientes de
Nacuerdo son importantes y habrá que aproximarse a soluciones razonables, pero hay otros que merecen especial atención: número de regiones, convergencia y ecoesquemas.
En cuanto a los dos primeros, íntimamente ligados, debería contemplarse la posibilidad de recurrir a dos velocidades, agrupando las que quieren y pueden ir más deprisa y las que no. La diversidad productiva no permite un trato igual entre países o regiones que son muy homogéneos y otros que no. Andalucía es la región agrícola más importante de la Unión Europea y la más diversa. Por tanto, es diferente a las del grupo más sencillo u homogéneo. Frente a las dos velocidades sólo puede establecerse una y debe ser lenta. En cuanto a los ecoesquemas, la lista potencial debe ajustarse y responder a la demanda. Se echa en falta en esa lista la Producción Integrada, por citar un ejemplo llamativo.
Los resultados del estudio de impacto tienen que servir par corregir el rumbo, en caso necesario, o para dar tranquilidad a unos y otros. Pero debe disponer de un tiempo mínimo para su análisis y ajustes.