La hora de las malas noticias
La Junta asume el desgaste de decretar medidas impopulares por el incremento de contagios
El titular de Salud tuvo que pasar ayer el mal trago de anunciar las nuevas medidas restrictivas por el incremento de los índices de contagio del Covid, que incluyen decisiones tan impopulares como adelantar el cierre de bares y comercios a las ocho de la tarde. Pese a los reiterados mensajes de que lo peor de la crisis sanitaria ya había pasado y que todo iban a ser ya noticias positivas, lo cierto es que la evolución de la pandemia incluye todavía estos episodios regresivos en los que hay que volver a endurecer las medidas. El acierto o no de las medidas adoptadas siempre será opinable: como ha ocurrido reiteradamente en la pandemia, se trata de buscar el complejo equilibrio entre seguridad sanitaria y actividad económica, y cada cual tendrá su opinión sobre cómo repartir el peso. Los hosteleros sevillanos, por ejemplo, ya elevaron ayer su queja —razonable— por el perjuicio que les ocasiona una medida que, además, se ha comunicado de forma precipitada y un tanto caótica. Especial mención merece el tema taurino, ya que la nueva medida de limitación de aforo —se reduce a un 40 por ciento— aboca a una suspensión de la Feria de Abril por segundo año consecutivo, lo que supone un golpe para la ciudad y un drama para el sector, quizás paliable con una eventual celebración en septiembre. El espectáculo que han dado la Junta y el Ministerio en este asunto, pasándose sin decoro la patata caliente, ha sido por lo demás bastante lamentable.