Al Betis le costó un mundo anotar ante un UCAM Murcia mucho más agresivo y tenso
rreno, y cuando el Coosur Betis se colocó sólo dos abajo (21-23), Bellas asestó un triple (21-26) ante la feble defensa de Randle. Al Betis le costaba un mundo anotar. Se lo impedía el UCAM Murcia, mucho más agresivo y tenso, una roca. Un mate de Kay redujo a cinco de nuevo, pero a partir de ahí, con algo menos de tres minutos hasta el intermedio, el conjunto de Sito Alonso dio el primer hachazo al encuentro. Rojas anotaba de tres; Vasileiadis se inventó un triple frontal de copyright propio; Rojas acertó una contra tras una lluvia de golpes en la canasta del Betis que no conllevó sanción alguna; otra vez el griego enchufaba de tres y Webb convertía el 25-41. Se descosía el Betis, sin fuelle, con la defensa raída y el ataque colapsado. Era incomprensible, además, que con el nivel de agresividad de la defensa murciana sólo llevaran los visitantes dos faltas en todo el segundo cuarto.
Sentencia el partido
Ni el rasero arbitral le sirve de excusa al conjunto verdiblanco, que apenas acertó un triple hasta el descanso (1/6), concedió muchísimas canastas bajo su aro y se fue a los vestuarios con 28 puntos. El partido era del UCAM Murcia (28-43), que lo controlaba a su antojo. Le bastó menos de seis minutos del tercer parcial para dinamitarlo. Los de Plaza defendían mal y atacaban peor. O al revés. El tercer triple de Bellas ponía los 22 de ventaja (34-56). El Betis, sin respuesta. Tenía a sus mejores jugadores en pista (Kay, Feldeine, Ndoye...), pero no descifró el partido en ningún momento y sufrió un correctivo severo. Vasileiadis, espectacular estreno el suyo con la camiseta universitaria, descerrajaba el noveno y el décimo triple de su equipo para estampar el 38-63. El heleno, de 37 años, tiene calidad a espuertas, pero el roto que le hizo a la defensa de algodón de azúcar del Betis queda en el debe de los anfitriones. No había partido.
Los niveles de competitividad del Betis estaban bajo mínimos. Faltando un cuarto, la brecha parecía insuturable (44-65). Con un equipo fundido y el otro volando sobre el parqué, cada vez más cómodo y certero ante la canasta verdiblanca, el último cuarto portó la etiqueta del mero trámite, pero el UCAM quería más. Randle cedió su sitio a Mike Torres y, en fin, negado en el triple, el Betis continuó estrellándose en el tiro exterior. La única duda que resolver estribaba en si se alcanzarían los treinta de ventaja. No cejó en su intento el UCAM hasta lograrlo (51-82). Una anécdota en cualquier caso porque el dolor para el Betis fue exactamente el mismo aunque la desventaja quedara fijada en los 29 puntos.
Los verdiblancos sólo acertaron un triple (1/13) y acabaron con un 32 por ciento en el tiro de campo