Contundencia contra la ‘manada’ de Sabadell: hasta 31 años de cárcel
Imponen, además, 13 años y medio a dos cómplices por crear el clima para la violación
Después de asistir a una fiesta de aniversario, la joven de Sabadell, que entonces tenía 18 años, se fue de copas con amigos por la ciudad (Barcelona). En uno de los locales se tropezó con un grupo de magrebíes, que comenzaron a molestarla. No podía esperarse que esa madrugada del 3 de febrero de 2019 acabaría siendo violada por turnos por tres individuos en un local okupado de la localidad. Aquella salvajada ha tenido ahora una contundente respuesta judicial: la Audiencia de Barcelona ha condenado a un joven responsable directo de una de las agresiones a 31 años de cárcel. Y a otros dos acusados a 13 años y medio de prisión, ya que, aunque no participaron en la violación, no hicieron nada por evitarla y alimentaron el «clima de temor» para que la agresión sexual se consumara.
La investigación acreditó que fueron tres los hombres que aquella noche violaron a la víctima; sin embargo, solo uno acabó sentándose en el banquillo. El segundo se dio a la fuga antes de que las pruebas de ADN confirmasen que participó en la agresión. Y está acreditado que hubo un tercer participante, pues los investigadores hallaron perfil genético de una tercera persona, pero si bien no protagonizaron las violaciones, contribuyeron a «crear el clima intimidatorio» para que se cometieran. «Participaron en la creación de un escenario de temor ambiental en todo el local, como lo habría hecho una banda violenta». También les condena por las violaciones cometidas por los otros dos individuos que no han podido ser enjuiciados. Sin embargo, el tribunal dice que sus casos son distintos y por eso la pena es menor: mientras M.A. accedió a la habitación donde los otros había violado a la víctima –y él consumó su agresión–, los otros dos acusados no entraron en el cuarto ni tampoco agredieron materialmente a la joven. Por eso les considera cómplices y no coautores.
Para condenar a estos tres individuos, el tribunal ha concedido total credibilidad al testimonio de la víctima en el juicio, en un interrogatorio por el que el fiscal fue criticado en algunos ámbitos por su insistencia en determinados detalles y su supuesta falta de empatía. Ya en el inicio de la investigación, la joven había detallado haber sido violada por tres hombres; luego, los forenses confirmaron que había esperma de tres personas distintas.
La consistencia de la versión de la joven se trasladó luego a la sala de juicios. Explicó que había suplicado a los agresores, llorando y temblando, que la dejasen irse de local, que no le hicieran daño. No pudo ni retener la orina. Lejos de acceder a sus peticiones, estos individuos, por turnos, la violaron vaginal y analmente y le obligaron a practicarles felaciones. Al salir del local, sobre la siete de la mañana, la joven se encontró con una pareja. La llevaron a un centro médico, que confirmó las agresiones y la coherencia de sus explicaciones. Bien diferentes, según el auto, a las «contradictorias» versiones exculpatorias de los acusados.