Los mismos a los que aplaudíamos todas las tardes nos piden ahora que les ayudemos: vacunas y más vacunas
EL apoyo a la ciencia en España no es cuestión de dinero (que también). El desarrollo y el reconocimiento de sus protagonistas es cosa del empuje de la sociedad entera. Los auténticos líderes de opinión y los referentes deben ser esos científicos que se han dejado la vida en un laboratorio y esos jóvenes que hacen el doctorado y sueñan con un contrato de verdad.
Nos hemos tirado meses aplaudiendo a las 20.00 horas y ahora, cuando vuelven a pedir ayuda, les dejamos de lado. Se nos llenó la boca pidiendo auténticos expertos libres y, otra vez, les vamos a despreciar.
Tan solo piden vacunas. Hasta dónde ha llegado la histeria de la política (vía encuestas) y de parte de la sociedad (vía redes sociales) que 200.000 sanitarios han pedido a los unos y a todos nosotros que nos vacunen y que nos vacunemos.
Nos ponemos estupendos ‘porque lo he visto en el Facebook’, y cuando quienes se dejan la vida en una UCI nos ruegan sensatez... los despreciamos.
Más responsabilidad y menos aplausos. Menos estupideces egoístas y más solidaridad por los que ya no están y, sobre todo, por tantas batas blancas y pijamas que se dejan hasta la última gota de sudor tras su mascarilla, en su quirófano, en el microscopio o en la UCI.
No seamos cínicos. Los políticos tienen su parte de culpa pero tú/usted y yo, también. O empujamos y reconocemos a quienes se lo merecen o confirmaremos que los aplausos de las ocho eran mentira. Pura cobardía y mera fachada.
PD: Tres de los principales proyectos españoles de vacunas contra el Covid están dirigidos por científicos jubilados, investigadores ‘ad honorem’, que lo hacen por vocación y cuyos ingresos proceden de su pensión de la Seguridad Social.
1.- La vacuna más avanzada está dirigida por Mariano Esteban (76 años) con un 100% de eficacia en ratones.
2.- La que podría ser una de las mejores del mundo está dirigida por Luis Enjuanes (76 años). Se administraría por vía nasal.
3.- Vicente Larraga (72 años) dirige la menos conocida. Podría rehacerse en tres semanas si surgen nuevas cepas.
‘Ad honorem’... No. Mejor dicho: con todo el honor.